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¿Qué me quiere decir mi mascota?

El experto veterinari­o Juan Enrique Romero aporta las pistas para comprender mejor a los canes e, incluso, establecer un buen diálogo con ellos.

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Ya sea como compañero de caza, aventura o, simplement­e, como cómplice de vida, el perro es un integrante más de la familia. Ese que juega con los chicos y que sacamos a pasear dos veces al día, el mismo que se acuesta a nuestros pies cuando dormimos la siesta en el sillón y que pide caricias todo el tiempo.

Creemos que lo entendemos bien pero no siempre es así. A for tunada mente, el doctor Juan Enrique Romero (conocido por sus consejos veterinari­os desde la pantalla de TV) brinda su ayuda para comprender mejor a la mascota con su libro ¡Hola, señor perro!, que acaba de editar Planeta. Del completo volumen extraímos algunos puntos sobresalie­ntes que nos permitirán captar las señales que envía el can y actuar en consecuenc­ia.

Olfato

El olfato posee cua l idades superlativ­as. Tienen un millón de veces más capacidad olfativa que el hombre y pueden percibir una partícula ínfima diluida enormement­e. En cada perro hay una biblioteca clasificad­a por olores que le permite evocarlos e identifica­rlos. Capturan, analizan y discrimina­n los diferentes aromas del mundo en el que viven. Son macrosomát­icos: tienen partes en el cerebro que se activan al procesar infor- mación que proviene del olfato y que captaron con antelación.

El perro alberga, en el interior de su hocico (en los cornetes nasales), una membrana plegada y enrollada dedicada a oler que, extendida, tendría una superficie similar al total de su cuerpo. Además ven los olores y así componen su realidad a través de ese escaneo olfativo. Por eso puede reconocer objetos, animales y personas, vivos o muertos, de manera precisa y a gran distancia. Según estudios, pueden identifica­r un olor a una distancia media de dos kilómetros. Entrenados superan esa marca. La razas de hocico largo, los doliocéfal­os, tienen mucho mejor olfato, como los de caza en todas sus variantes.

Un perro puede seguir un rastro y aislar su olor en medio de otros sin error ni confusión de la fuente odorante que persigue. El adiestrami­ento y el entrenamie­nto permiten y facilitan el reconocimi­ento de diferentes emanacione­s e incluso sensibiliz­an mejor su olfato hacia ellos. Además, aumentan el poder de discrimina­cion de partículas odoríferas. Es útil y casi imprescind­ible asociar a la búsqueda y al reconocimi­ento efectivo de una fuente odorante, una recompensa en forma de alimento.

Cómo pone el cuerpo

Es posible decir que existe un idioma o lenguaje perro y es puramente gestual, tomando como instrument­o todo su cuerpo.

Si apoya las patas delanteras en una persona u otro animal en silencio o gimiendo, indica un saludo amistoso. El perro parado, con la cabeza levantada y la mirada de atención, dice que espera algo. Lo mismo si está sentado y coloca la pata encima de alguien.

E l per ro que deambula sin ninguna dirección determinad­a indica excitación, nerviosism­o o aburrimien­to (causado por la falta de ejercicio o juego).

Una postura corporal muy conocida es aquella panza arriba para demostrar que desea que lo ac a r icien. E st e gest o significa respeto por la autoridad (“Soy todo tuyo”).

Si intentara esconderse o agacharse, denotará sumisión o nerviosism­o. Un perro con este sentimeint­o intenta verse lo más péqueño posible. Con el cuerpo enroscado, las orejas pegadas a la cabeza y la cola entre las patas traseras comunica “no quiero problemas y voy a hacer lo que me indiques ”. Los perros muy asustados o sumisos pueden lloriquear, orinar se o transpirar las patas( se hace evidente porque dejan marcas al caminar ). La distancia entre el sentimient­o de sumisión y el de miedo a veces puede ser muy estrecha.

La cola, ese termómetro

La cola es para los perros lo que la cara es para el ser humano. A través de su posición, movimiento­s y angulacion­es, expresan emociones y se comunican. La interpreta­ción es compleja y sutil porque suelen usar su cola para manifestar estados de confusión o de conflictos por resolver y para transmitir emociones como molestia, agitación, enojo y, claro, felicidad (ver recuadros).

Basta mirarla para saber lo que está pensando el can. Su lenguaje corporal es clave para pedir algo o para que entendamos sus sentimient­os. Sola o combinada con posturas o movimiento­s, la cola le ayuda a expresar sus intencione­s y a nosotros a descubrir los mensajes que quiere transmitir. La dirección en la que la cola se menea importa mucho porque coincide con el estado de ánimo y la intención.

Grupos de investigac­ión encontraro­n que los perros mueven la cola hacia la derecha cuando tienen emociones positivas y hacia la izquierda cuando tienen ansiedad o emociones negativas. Hay que leer todo el cuerpo y su contexto para entender lo que le está pasando. Tomando como base el estado de relajación del animal, podemos hacer la

identifica­ción correspond­iente e inferir su estado de ánimo. Si la cola está más alta que en su estado de relajación habitual, significa alerta y/o seguridad: el animal está mostrando su autoridad. En cambio, si está más baja y la dobla sobre el vientre, demuestra miedo e insegurida­d.

Con sonidos

Además de su lenguaje corporal, se comunican a traves de los sonidos que emiten. Cada uno responde a diferentes necesidade­s, emociones o sentimient­os. Ladran para manifestar muchas cosas: el juego, la defensa y hasta el saludo. Incluso cuando los domina una combinació­n de estado de alerta, sensación de miedo y respuesta de agresión. La medida de cada cosa será responsabl­e de los tonos, la frecuencia y el volumen del ladrido. Cuanto más lo domine la agresivida­d, más aullará; y cuanto más lo gane el miedo, será más alto y más agudo.

Tipos de ladrido

Alarma: en tonos bajos, indica dominancia y amenaza. Los de tono alto, insegurida­d o miedo y, cuanto más rápidos sean, más excitado y alerta estará. Es la herramient­a para matenener informado al resto de los integrante­s de su manada (la familia) de acontecimi­entos extraordin­arios. Es un ladrido fuerte y repetitivo que se irá volviendo más grave a medida que lo extraño o anormal esté más cerca o sea amenazante.

Aviso: es un ladrido grave y espaciado que sirve para llamar la atención. Ocurre frente a una necesidad o deseo. También puede ladrar de forma insistente y repetitiva en tono agudo. Es una manera aprendida de llamar la atención del humano.

Por miedo: suele lad ra r retirándos­e hacia atrás, corto y agudo, procurando que lo que representa una amenaza no se le acerque.

Por ganas de jugar: además de bajar su parte delantera y levantar la trasera, ladra de forma repetitiva y aguda.

De frustració­n: cuando un perro se queda solo y sufre ansiedad, ladra de manera compulsiva, a un volumen muy elevado y de forma muy nerviosa.

Neurótico: es r ít m ico y constante, siempre en el mismo tono, que es propio de perros que padecen algún tipo de trastorno compulsivo.

También emite otros ruidos:

Aullido: expresa su estado emocional y puede significar soledad, ansiedad, imitiación (de sus pares), ser territoria­l (cuando un extraño se acerca), de reunión, de atención. Siempre es hacia el otro y no para ellos.

Gemido: a nt e u n dolor puntua l, punza nte y sor pre - sivo emite un chillido agudo y repentino. También gime por miedo, con ruidos suaves, o por reclamo con sonidos prolongado­s e intensos, pretendien­do llamar la atención.

Gruñido: con esto comunica intencione­s ya decididas y, por lo general, agresivas. Es un aviso para evitar males mayores. Es frecuente observar uno intenso sin enseñar los dientes cuando juega. A hí está simulando un ataque y diciendo que está feliz con lo que hace.

Gañido: es un grito ululante muy lastimero, agudo e intenso. Generalmen­te indica inquietud, aviso de emergencia y a veces sirve para llamar la atención.

Suspiro: es una señal emocional indicadora de una acción que ha sido concluida satisfacto­riamente. Marca plena satisfacci­ón si coincide con ojos semicerrad­os. Si es con ojos abiertos, lo más probable es que sea una señal de decepción.

Jadeo: es una acción corporal acompañada por un sonido. Cuando es independie­nte de la temperatur­a ambiente, indica excitacion, estrés o espera tensa.

Bufido: suelen hacerlo en momentos de estrés, siempre acompañado por un ladrido sordo o de un gruñido bajo.

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Fotos: CEDOC WEEKEND. Gráficos: G. MAGNONE.
 ??  ?? Un completo compendio de las señales que emite la mascota de la mano de un experto en el tema, contado en forma coloquial y tocando todos los temas de interés. Libro editado por Planeta.
Un completo compendio de las señales que emite la mascota de la mano de un experto en el tema, contado en forma coloquial y tocando todos los temas de interés. Libro editado por Planeta.
 ??  ?? Los canes son los grandes compañeros de los niños pero, a veces, no se sienten a gusto con el trato que reciben.
Los canes son los grandes compañeros de los niños pero, a veces, no se sienten a gusto con el trato que reciben.
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 ??  ?? Las razas utilizadas para la caza tienen el hocico más alargado, producto de la evolución de la especie y del uso que le dio el hombre.
Las razas utilizadas para la caza tienen el hocico más alargado, producto de la evolución de la especie y del uso que le dio el hombre.
 ??  ?? El cuidado de la mascota no sólo incluye alimentarl­o, bañarlo y llevarlo a control.
El cuidado de la mascota no sólo incluye alimentarl­o, bañarlo y llevarlo a control.
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Alta y movimiento­s lentos: emoción contradict­oria.

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