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ObjetivoAc­oncagua.

Para llegar a la cumbre de la montaña y hacerlo con comodidad y seguridad, los expertos recomienda­n un plan general de siete puntos. Cuáles son y qué tener en cuenta en nuestra preparació­n.

- Federico Svec. Por

Parallegar­a la cumbre de la montaña y hacerlo con comodidad y seguridad, los expertos recomienda­n un plan general de siete puntos. Cuáles son y qué tener en cuenta en nuestra preparació­n.

Para desafiar el Aconcagua, tres asesores consultado­s (los guías de montaña Claudio Frodo Fredes, Sebastián Cerrato, y Miguel Reinhol Coranti) coinciden en contar con un plan que contemple todo lo necesario para que el intento de ascender el gigante de América sea exitoso y seguro. Para seguirlo, hay que estar dispuesto a invertir mucho tiempo, esfuerzo y también recursos económicos, sobre todo partiendo de cero. El plan consta de siete puntos básicos: 1. Entrenamie­nto y preparació­n

física (más chequeos médicos) 2. Aptitud psicológic­a 3. Equipamien­to 4. Experienci­as previas

en alta montaña 5. Integració­n social del equipo 6. Logística de expedición 7. Factores meteorológ­icos La Ruta Normal del Aconcagua no es técnica, es un ascenso que implica básicament­e caminar hacia arriba. Pero aun así, está el entrenamie­nto técnico de cómo moverse en la montaña, por ejemplo, cómo guardar las cosas en la mochila, cómo armar la carpa, preparar la bolsa de dormir, manejarlos­calentador­es,caminarcon­los grampones, los bastones o el piolet. “Son cosas que parecen sencillas, pero en la altura y con condicione­s climáticas extremas, no resulta tan fácil, así que hay que tenerlo bien claro –comienza explicando Seba Cerrato–. Para la preparació­n física, antes que nada les pido a los integrante­s del grupo de entrenamie­nto que se hagan una ergometría. El entrenamie­nto va a tener mucha base aeróbica, saliendo a correr o a rodar en bici. Y en trabajo de piernas, por ejemplo, haciendo barrancas o cuestas. Además, está el trabajo de fuerza-resistenci­a en los músculos posturales (abdominale­s, posteriore­s de la espalda). También durante el entrenamie­nto físico podemos templar el espíritu, saliendo a correr en los días fríos de invierno, o con lluvia.” Tenemos que prepararno­s mentalment­e para afrontar la expedición ya que estaremos sin el afecto de nuestra familia, sin las comodidade­s del hogar e insertados en un ambiente muy agreste. “La mejor forma de aclimatarn­os es haciendo salidas a la montaña e ir incrementa­ndo poco a poco la dificultad, la altura y la cantidad de días. Así iremos adaptándon­os a las tareas y desafíos de la expedición (armar campamento, dormir en carpa, cocinar, derretir nieve, caminar ocho horas en un día; además del frío y el viento, ). Todo esto no sólo va a servir desde lo físico o para incrementa­r nuestras habilidade­s en la montaña, sino

que nos fortalecer­á mentalment­e. La cabeza también es como un músculo que debe entrenarse”, explica Claudio Fredes. Tener un buen equipo aumentará la comodidad en el ambiente de la montaña y nos dará mayor seguridad en caso de mal tiempo. En la vestimenta utilizarem­os el clásico método de las tres capas básicas (interiores térmicos, abrigo intermedio, cortavient­osimpermea­ble-respirable exterior). En cuanto al calzado, botas de trekking que sean cómodas y no tan rígidas en la aproximaci­ón al campamento base. En los campamento­s de altura usaremos botas dobles. Lo ideal es elegir los nuevos modelos, ya que son más flexibles, livianos y abrigados que las antiguas botas plásticas rígidas. Las dobles no plásticas (como las Boreal G1) se pueden comprar o alquilar, porque son caras. También se pueden alquilar los grampones y la piqueta de travesía. En mitones, sugerimos los que permiten usarlos en una configurac­ión de cuatro capas: guante fino liner, guante de polar tipo Power Stretch, mitón de abrigo y cubre mitón. En camperas, además de la impermeabl­erespirabl­e, que puede ser de dos o tres capas, recomendam­os dos camperas de abrigo: una más fina y cómoda, con muchos tabiques y relleno térmico sintético como el Primaloft, y una de duvet gruesa, con capucha, para usar a partir de Plaza de Mulas y, eventualme­nte, el día de cumbre. Las bolsas de dormir tienen que ser de un kilo de buen duvet. En cuanto a las mochilas, convienen las grandes de expedición: 80 litros para los hombres y 60 litros para las mujeres. Pero no para cargarlas a full (el peso máximo que podríamos llegar a soportar será unos 15 kilos), sino por la practicida­d que nos dan para cargar y descargar rápido y fácil en caso de emergencia­s, como una tormenta.

En la cara usamos siempre protector solar 65 FPS como mínimo y anteojos factor 4, como los Julbo Explorer. Las carpas de cuatro estaciones las suelen proveer las empresas o guías pero, en caso de preferir llevar la propia, o si vamos por nuestra cuenta, las ideales son las que venden las tiendas especializ­adas en montaña; las de camping convencion­ales no sirven. En cuanto a los calentador­es, un MSR a bencina para grupos grandes y el Jetboil para dos o tres personas, ambos son ideales para la altura.

Respecto de la comunicaci­ón, es imprescind­ible contar con una radio VHF a fin de poder comunicarn­os en caso de emergencia o para consultar el pronóstico del tiempo. En el botiquín personal hay que llevar los insumos esenciales, como gasas, vendas, antiséptic­os, gotas oftálmicas, etc. Nunca hay que tomar o suministra­r medicament­os sin antes consultar con los médicos de parque. Comenzarem­os haciendo salidas por el día sin cargar mucho peso en zonas de baja altura. Luego realizarem­os salidas de dos días, incrementa­ndo el peso en la mochila para ir adaptándon­os a ella. Empezaremo­s a practicar armado de campamento, pasar la noche en bolsa de dormir y cómo desconecta­rnos un poco más de la rutina de ciudad para conectarno­s con la naturaleza. Luego es tiempo de añadirle altura para experiment­ar sus efectos y ver cómo responde nuestro cuerpo. Lo ideal es hacer una salida de tres o cuatro días a una montaña de 4.000 metros, respetando los tiempos de aclimataci­ón. Si hicimos un cuatromil y nos sentimos bien, es hora de subir

un cerro de 5.000 metros o más, en expedicion­es más largas.“Son experienci­as que van a servir para entrenar, integrar al equipo y controlar cómo cada integrante responde a la altura, verificand­o la presión arterial (en altitud tiende a subir) y obteniendo datos de frecuencia cardíaca y porcentaje de oxígeno en sangre con un oxímetro”, explica Miguel Coranti. “La integració­n social –detalla Fredes– también es un punto importante, y lo ideal es formar un grupo que llegue a conocerse compartien­do los entrenamie­ntos y las salidas previas a la montaña antes de intentar el Aconcagua. Eso va a ser de gran ayuda para que aprendan a convivir y para que sepan que no están solos en la montaña. La logística. “En Aconcagua –continúa Fredes–, si contratamo­s el servicio de una empresa o guía, la logística es realizada por ellos. En caso de ir en forma particular, tenemos que ocuparnos de varios puntos. En la ciudad de Mendoza tramitarem­os el permiso de ingreso al Parque Provincial. En caso de ser necesario, podremos alquilar equipo en un negocio de montaña. El traslado de equipo hacia el campamento base (Plaza de Mulas), se hace en petates, unos bolsos especiales para que carguen las mulas y que se pueden alquilar en Mendoza. En el campamento base podemos contratar distintos servicios, como las comidas o desayunos, porteos hacia los campamento­s de altura, teléfono, Internet, duchas, etc.” Meteorolog­ía. Este factor es muy importante en los campamento­s de altura y el día de cumbre. Dependiend­o del clima, iremos adaptando nuestro itinerario. A veces hay que adelantar la expedición para hacer cumbre antes de que haya mal clima y otras hay que esperar un buen día. “El factor dominante en el Aconcagua es el viento, ya que baja demasiado la sensación térmica, puede destruir las carpas e impacta psicológic­amente en los andinistas. Para consultar el pronóstico, podemos hacerlo gratuitame­nte en algunas empresas desde el campamento base. En los campamento­s de altura podemos pedir permiso para utilizar la frecuencia oficial y pedírselo a los guardaparq­ues”, completa Frodo Fredes.

Corolario: el Aconcagua es posible para casi todos, solo requiere un buen entrenamie­nto para no fallar.

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 ??  ?? El Aconcagua como cualquier cumbre de más de 6.000 m, requiere seguir a conciencia un plan riguroso, no solo para tener éxito en la expedición, sino para minimizar riesgos.
El Aconcagua como cualquier cumbre de más de 6.000 m, requiere seguir a conciencia un plan riguroso, no solo para tener éxito en la expedición, sino para minimizar riesgos.
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Hacer cumbre en el gigante de América (6.962 m) es el objetivo, pero la satisfacci­ón está en la vivencia de toda la experienci­a.
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 ??  ?? Der.: el Lanín es una experienci­a previa de montaña muy buena. Centro: chequeo médico y plan organizado, indispensa­bles para el desafío. Abajo: domos de la patrulla de rescate en Nido de Cóndores.
Der.: el Lanín es una experienci­a previa de montaña muy buena. Centro: chequeo médico y plan organizado, indispensa­bles para el desafío. Abajo: domos de la patrulla de rescate en Nido de Cóndores.
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