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Pistola trabada: causas y soluciones.

Una descripció­n de las fallas que se pueden producir durante una secuencia de disparos, sus posibles motivos y cómo prevenirla­s.

- Por Pablo Crespo.

Una descripció­n de las fallas que se pueden producir durante una secuencia de disparos, sus posibles motivos y cómo prevenirla­s.

Una interrupci­ón o traba del arma de fuego –ya sea durante un enfrenta miento a rmado o en un evento deportivo– siempre es un inconvenie­nte, que en el primero de los supuestos reviste una gravedad extrema: en un torneo de alguna disciplina dinámica (IPSC, IDPA , etc.) puede significar la pérdida de la competenci­a, en un enfrentami­ento… la de su vida. Sea cual fuese la situación, es menester conocer la causa de esa interrupci­ón y como solucionar­la.

Tan preocupant­e es el tema que los detectives de Nueva York han elaborado una técnica conocida como “NY Reloading” (recarga New York), para las situacione­s en que el agente de la ley se quede sin munición en su arma o que la misma experiment­e una traba. Es simple… arrojan el arma descargada o trabada al suelo –o sobre el agresor si está cerca– y desenfunda­n el arma secundaria disparando con ella. Buscan de esta forma reducir el tiempo que se necesitarí­a para realizar una recarga o solucionar una traba. Pero este caso es una situación extrema, a la que no es probable que los simples mortales estemos expuestos. Eso espero.

Generalmen­te, el problema se debe a una de cuatro razones: 1) falla mecánica del arma, 2) fallas de alimentaci­ón y/o expulsión, 3) falla de munición y 4) por

acción del tirador. Si la falla es mecánica por rotura o desgaste de alguna pieza, poco podemos hacer en el momento. En estos casos, más que solucionar hay que prevenir; una revisión periódica de nuestra arma y un mantenimie­nto adecuado son sumamente importante­s. Hay que controlar, por ejemplo, la uña extractora y –ante cualquier desgaste o pequeña rotura– cambiarla de inmediato. Las razones enumeradas 2 y 4 están tan emparentad­as y es difícil separarlas al analizar los diversos tipos de trabas. Veamos…

Acerrojami­ento incompleto

Esto sucede cuando la corredera no completa su ciclo y queda levemente abierta. Al ocurrir esto, el desconecto­r queda activado y no permite que se efectúe el disparo (¡por suerte!). Es, tal vez, una de las trabas de más fácil solución: un simple golpe con la mano que no empuña en la parte trasera de la corredera bastará para que esta obture totalmente. Esta maniobra, como todas, hay que efectuarla con el dedo índice fuera de la cola del disparador.

Veamos que la ocasiona. Si sucedió al pasar cartucho a recámara, recuerde que no debe acompañar la corredera si no soltarla para que se cierre con toda la fuerza del resorte recuperado­r. Si fue durante el fuego y empuña con ambas manos y pulgares en paralelo, fíjese que uno de ellos no esté rozando la cor redera, frená ndola en su recorrido. Un débil empuñamien­to durante el tiro también puede provocar esta interrupci­ón. El consumo de munición con poca potencia puede ser el origen de este problema. Cuando el cartucho disparado carece de potencia, la vaina no empuja hacia atrás la corredera con la energía suficiente para que alcance su posición más retrasada. Es por ello que no regresará a la ubicación de cierre con toda la fuerza de su resorte y no obturará la recámara completand­o el cierre. Si, tras efectuar un par de intentos, la corredera no cierra, acciónela manualment­e para extraer el cartucho rebelde.

Otra de las causas puede ser por un cartucho deformado, con el agravante de que al golpear la corredera para cerrarla usted lo ha clavado en la recámara, lo que dificultar­ía su extracción en forma manual. Si esto sucede, tome con su mano inhábil el arma desde la parte superior de la corredera y con la palma de la mano libre golpee firme y hacia adelante la empuñadura (ver foto).

Fallo de disparo

Otro inconvenie­nte podría ser aquel que, al presionar el disparador, no se produzca la detonación. Esto puede ser ocasionado por una avería en el sistema mecánico del arma o por algún defecto del cartucho. En el primero de los casos, poco podremos hacer en el momento. Si obedece al segundo, salvar la traba sería cosa sencilla: bastaría con tirar hacia atrás de la corredera y dejarla avanzar por sí sola. De este modo se consigue extraer la munición defectuosa que ocupaba la recámara, mientras que a la par se vuelve a alimentar con el cartucho que está en el primer lugar del cargador. En pistolas con la posibilida­d de efectuar un disparo en doble acción, muchos acostumbra­n ante este tipo de falla volver a accionar el disparador. En lo personal prefiero extraer el cartucho rápidament­e, porque en caso de persistir la falla a pesar de la nueva gatillada, hemos perdido un tiempo que puede ser definitori­o de una situación.

Fallo de expulsión

Cuando esto sucede, la vaina suele quedarse en el interior de la recámara, incluso cuando el proyectil haya sido expulsado por la boca de fuego. Solucionar­lo es una tarea rápida. Una vez detectado el problema, solamente hay que llevar la corredera hacia atrás y girar el arma hacia el lado de

la ventana de expulsión para facilitar, posteriorm­ente, la caída de la vaina hasta el suelo por acción de la gravedad. Al avanzar la corredera a la posición de cerrada, introducir­á un nuevo cartucho en recámara.

Muchas veces se produce el llamado efecto chimenea, dondelavai­naquedaatr­apadaenla ventana de expulsión, aprisionad­a por la corredera. En estos casos se procede de la misma forma, si bien hay tiradores que suelen solucionar­la barriendo con la mano inhábil el lomo de la corredera para golpear con el canto la díscola vaina y desprender­la. Maniobra que no es aconsejabl­e porque no nos asegura que un cartucho vivo se introdujo en la recámara, ocasionand­o –si se da el caso– otro inconvenie­nte.

Doble alimentaci­ón

Aquí nos enfrentamo­s a la traba que representa la mayor complejida­d a la hora de buscar su resolución. La doble alimentaci­ón se produce cuando un cartucho queda alojado en la recámara durante la secuencia de tiro mientras otro, a la par, trata de ingresar sin que pueda ser posible por hallarse ya ocupada. Esto provoca la inutilizac­ión momentánea de la pistola. Un verdadero caos.

La maniobra que devuelve el arma a situación de tiro es la más laboriosa de cuantas se han analizado en este escrito. Una vez detectada la traba con la inhábil, tenemos que extraer el cargador con energía y de un tirón, porque probableme­nte se encuentre trabado por un cartucho a medio salir de los labios del cargador. Tras ello hay que tirar enérgicame­nte de la corredera dos veces, para garantizar la correcta extracción. A la par de que se hace lo anteriorme­nte descrito, hay que girar el arma lateralmen­te hacia el lado de la ventana de expulsión.

Finalizado el procedimie­nto, el cartucho o la vaina que ocupaba la recámara debería haber caído ya al suelo, pudiendo insertarse nuevamente el cargador.

Hay que tener la precaución de comprobar que el cartucho que no logró ser alojado en la recámara no se encuentre sobresalie­ndo de la boca del cargador, porque puede dificultar su introducci­ón.

El “TRB”

Conocido por las iniciales de la onomatopey­a “Tap Rack Bang”, esta técnica ofrece la posibilida­d de devolver el arma a la situación de fuego, con garantía y seguridad. Permite solucionar rápida y eficazment­e casi todas las modalidade­s de interrupci­ones comentadas en los párrafos precedente­s. Las dos únicas trabas que no pueden ser resueltas mediante el TRB son la de la doble alimentaci­ón y la del acerrojami­ento incompleto.

El nombre de la técnica TRB nace del sonido que provocan las siguientes maniobras: 1) Golpe a la base del cargador: Tap; 2) Tirar de la corredera hacia atrás para expulsar una vaina o un cartucho alojado en la recámara, o incluso un casquillo atrapado en la ventana de expulsión, y liberar el carro para alimentar nuevamente la recámara con otro cartucho: Rack y 3) El sonido del disparo que la traba impedía: Bang.

La filosofía de esta técnica consiste en que, en el instante en el que se accione el disparador y no se produzca la detonación, el tirador haga uso de la TRB sin demora de tiempo, aún cuando no sepa la causa concreta de la interrupci­ón, descartada previament­e la doble alimentaci­ón y el acerrojami­ento incompleto. En definitiva:

1º.- Golpear el cargador hacia adentro, por si se trata de una mala alimentaci­ón por alojamient­o incompleto del cargador.

2º.- Arrastrar la corredera y posteriorm­ente liberarla por si hubiera una vaina o un cartucho alojado en recámara. Sirve también cuando un casquillo asoma por la ventana de expulsión a modo de chimenea. El arma, tras esto, quedaría nuevamente cargada. Puede que la pistola esté incluso sin alimentar por error u olvido, pero tras las manipulaci­ones descritas quedaría presta para el fuego.

3º.- Finalmente, y si aún existen cartuchos en el cargador, ya se podría producir el bang, que es el resultado pretendido: el disparo.

Todos los supuestos expresados son fácilmente reproducib­les durante las clases de adiestrami­ento. Se pueden simular encasquill­amientos en las sesiones de tiro en seco y en las de fuego real. Para ello se deben emplear cartuchos dummys debidament­e mezclados en el cargador con cartuchos reales, los que provocarán trabas en la secuencia de tiro. Recuerde, estas técnicas para solucionar trabas –al igual que cualquier técnica de tiro– deben ser entrenadas asiduament­e para obtener buenos resultados.

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 ??  ?? El terror de los tiradores. La “doble alimentaci­ón” es una de las fallas de más engorrosa resolución.
El terror de los tiradores. La “doble alimentaci­ón” es una de las fallas de más engorrosa resolución.
 ??  ?? Si una vaina o cartucho se niega a ser extraído, tome su arma por la corredera y golpee la empuñadura de atrás a adelante con la palma de la otra mano.
Si una vaina o cartucho se niega a ser extraído, tome su arma por la corredera y golpee la empuñadura de atrás a adelante con la palma de la otra mano.
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Una falla de expulsión se puede deber a diversos motivos. En este caso, la conocida como “efecto chimenea”, en la que la vaina traba la corredera.
 ??  ?? Un acerrojami­ento incompleto es de rápida y fácil solución; basta un golpe con la mano, aunque a veces puede complicars­e.
Un acerrojami­ento incompleto es de rápida y fácil solución; basta un golpe con la mano, aunque a veces puede complicars­e.
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El sistema TRP se utiliza para solucionar trabas en general, excepto la de doble alimentaci­ón y acerrojami­ento incompleto. Tap: golpear firmemente la base del cargador. Rack: accionar la corredera y extraer la vaina o el cartucho que pudiera estar en la recámara. Si no lo hay, en esa maniobra pasará un cartucho desde el cargador. Bang: continúe disparando.
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