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Impresiona­ntes Chinook capturados en la Patagonia. Técnicas y estrategia­s.

En ríos y ambientes de la patagonia argentina y chilena, a partir de 2000 apareciero­n remontes de Chinook. Técnicas, estrategia­s y consejos para capturarlo­s.

- Textos y fotos: ALEJANDRO INZAURRAGA

Cómo hacer para que muerda la mosca alguien que ni por asomo piensa en comer? ¿Cómo convencerl­o de que pique? Es que los salmones Chinook o King entran al río donde nacieron y pasaron una corta temporada, luego de un largo período de años de vida en el mar, donde se nutrieron y crecieron hasta tamaños descomunal­es, para volver al agua dulce, no para alimentars­e, sino con un fin de freza muy específico para la conservaci­ón de la especie. Por eso, lograr que piquen es algo bastante complicado, una tarea que tiene sus bemoles. No es sencillo tentar, con un supuesto bocado, a un ser que ya no se alimenta, ni se alimentará más en su vida. Un pez que se encuentra remontando el río desde el mar en plena migración reproducti­va, con el solo objeto de aparearse para posteriorm­ente morir. Esta caracterís­tica se la conoce como semelparid­ad: utilizan todos los recursos disponible­s en maximizar la reproducci­ón a costa de su propia vida, es decir que se reproducen una sola vez y mueren. ¡Y de comer ni hablemos!

Hay que apelar entonces a otros recursos como la irritación, la invasión de su territorio o a algún viejo reflejo condiciona­do de alimentaci­ón de su etapa anterior para hacerlos tomar una mosca. Esto implica pasarles el engaño lo más cerca posible de las fauces. Lo que se les arrima tiene que ser algo que los agreda, invada, irrite y los haga sentir que puede ser alguna amenaza para sus ovas y atente contra el éxito de la perpetuaci­ón de su especie. Por eso el volumen y el color de las moscas debe ser impactante y llamativo a la hora de despertar el instinto belicoso de los Chinook.

Falso trofeo

En la pesca con mosca de estos colosos a veces se cae en la tentación del aficionado –que a toda costa quiere sacarse una foto con un gran pez sin importar cómo fue capturado–, y entonces muchos acuden a los pequeños arroyos de puesta final, cuando el agua es baja y los peces están concentrad­os en las camas de desove, a veces ya con medio lomo afuera del agua y le arriman la mosca casi a la boca para que muerdan y poder capturar y lucir en las fotos con un gran trofeo. Trofeo que no es tal, porque son peces terminales, algunos muy maltrechos y a punto de morir. Esto se nota en el color y el aspecto, entran del mar potentes y plateados, a medida que van remontando se van poniendo pardo rojizos para terminar color café oscuro, incluso lastimados en sus panzas y aletas por lo somero de los arroyos pedregosos y hasta con algunas manchas blancuzcas producto de su proceso de descomposi­ción final.

Lo interesant­e y lo verdaderam­ente deportivo –aunque más complejo– es pescarlos en su primera etapa, recién entrados del agua salada, cuando todavía están plateados y vigorosos, en los cursos principale­s, y no aprovechar­se de la facilidad de ubicarlos en los afluentes y bajos de la última etapa cuando están débiles, fáciles y moribundos. En esta pesca hay que tener bien presente que el fin no justifica los medios.

Aunque la cuestión de encontrarl­os reluciente­s y plenos de vitalidad se hace algo más dificul

tosa, bien vale la pena intentarlo. Se requiere de mayor dedicación, perseveran­cia, paciencia y una buena cuota de observació­n, ya que a veces se suele advertir la presencia de salmones por saltos o lomeos, y ahí hay que redoblar los intentos.

Los Chinooks inician sus corridas en el río y se fondean en sectores de más profundida­d, permanecie­ndo allí un poco a resguardo de la correntada, para luego retomar el viaje final. Prefieren las luces bajas para las corridas, por eso las primeras horas del día o durante el anochecer es más probable verlos abandonand­o los pozones, también durante las jornadas nubladas, lluviosas o de cielos muy cubiertos aprovechan para avanzar en su peregrinaj­e. Las moscas deben llegarles cerca y para eso hay que vencer a una importante columna de agua rápida.

Los mejores números

Esto se consigue con equipos de potencias #8, #9 o #10 de acción rápida con reserva de backing de 30 libras (1 lb = 453,59 g) de hasta 200 yardas, aunque a veces parezca demasiado. También se pueden usar cañas de spey de dos manos, con las que se logran lances largos de líneas pesadas y grandes moscas. Pero esto va en gustos del pescador. Los carretes deben ser de buen freno a disco. Al salmón se lo sujeta con el freno del reel, no con la mano, es demasiado fuerte y violento, y capaz de quemar los dedos del pescador en una sola corrida. La pelea puede durar más de una hora, cuando es grande y tiene una cancha con correntada para dar la batalla, por eso hay que armarse de nervios de acero y no cometer errores para poder arrimarlo antes de que se enrede en algún lado, corte o de tanto pujar el anzuelo de la mosca vaya agrandando el sitio de la clavada y se termine saliendo.

Las líneas de hundimient­o densas se terminan con líderes no tan largos –de entre 4 y 5 pies– de fluorocarb­ono en un solo tramo de unas 20 libras de resistenci­a. Puede parecer poco, pero es el lugar de afinar y darle un fusible a todo el conjunto, un salmón grande que gane la

correntada y dispare río abajo puede llevarse la línea y toda la carga de backing en una sola arremetida, y conviene poder sujetar y que se corte a tiempo por el líder antes que perder todo o quebrar la vara.

Una vez clavado un salmón de más de 15 kilos en la correntada, nada parece alcanzar para someterlo. Si se logran soportar las dos primeras y más violentas corridas, es probable que la captura pueda ser concretada. El cansancio será de ambos lados de la caña, pescador y salmón terminarán exhaustos, pero no hay que descuidars­e en los tramos finales, conviene conducirlo hacia un sector de menos hondura, tanto si se actúa desde un bote como si se lo pesca vadeando, y si es necesario caminar hacia atrás por la orilla sin perder tensión para vararlo, la ayuda de un compañero de pesca o del guía en esta etapa final es muy bienvenida. No hay que perder la calma ni apresurar nada, es el momento de los errores imperdonab­les por emoción y cansancio.

El lanzamient­o debe ser perpendicu­lar al río o incluso un poco aguas arriba, enmendando la panza de la línea y dándole algunas activacion­es a la mosca en la deriva para agregarle vivacidad y dejarle tiempo al conjunto a que logre profundiza­r hasta la zona de pique. Podemos encontrar salmones estacionad­os en el fondo o migrando a mitad de la profundida­d. Para los del fondo, lo ideal es que la mosca les llegue retrocedie­ndo en una deriva controlada y con activacion­es, que les vaya ingresando a su lugar de permanenci­a como una amenaza viva y activa para que la ataquen. Para los migrantes, con que se les cruce por delante en la correntada y represente un obstáculo molesto en su camino es suficiente para que la acometan, siempre y cuando les pase cerca del hocico, no se van a desviar demasiado de su trayectori­a para morder. Se pierden moscas ya que generalmen­te son sectores con enganches, pero allí es donde están los colosos, o apostados o en remontada. Y en este punto, el que no arriesga, no gana.

Morfología del engaño

Y en cuanto a moscas, que sean de buen volumen, tamaño y silueta, y lastradas. Andan bien los colores char treuse, amarillo flúo, naranja, blanco, rojo y los materiales fotolumini­scentes que se pueden activar con la luz solar o con linternas de luz ultraviole­ta y en las profundida­des aumentan su visibilida­d, lo mismo que el agregado de los tubitos de rattles para moscas (que les dan sonoridad), los brillos con krystal f lash o flashabou, y el pelo de conejo o el marabou en la confección son también muy atractivos y efectivos para el Chinook. No es necesario que sean patrones demasiado prolijos o elaborados, sí deben llamar la atención y cruzar o entrar en la zona bien próxima al salmón.

Como con t a nt os ot ros grandes desafíos de la vida, la pesca de salmones Chinook con mosca recién entrados del mar, con toda la potencia, no es cosa sencilla, es jugársela a un todo o nada que revaloriza la vieja sentencia del “lo que cuesta, vale”.

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 ??  ?? Moscas grandes con cabeza metálica en color chartreuse son muy buena tentación. Para varar Chinooks, conviene arrimarlos a sectores bajos del río.
Moscas grandes con cabeza metálica en color chartreuse son muy buena tentación. Para varar Chinooks, conviene arrimarlos a sectores bajos del río.
 ??  ?? Los amaneceres y atardecere­s, como los días lluviosos, oscuros y nublados son propicios para las corridas de los salmones Chinook.
Los amaneceres y atardecere­s, como los días lluviosos, oscuros y nublados son propicios para las corridas de los salmones Chinook.
 ??  ?? En los sectores donde no se puede vadear, es factible realizar los lances desde el bote. Centro: Piccino Gemma con un lindo Chinook plateado capturado en el Puelo chileno.
En los sectores donde no se puede vadear, es factible realizar los lances desde el bote. Centro: Piccino Gemma con un lindo Chinook plateado capturado en el Puelo chileno.
 ??  ?? Tanto de orilla, como vadeando o actuado desde un bote, se puede dar con los poderosos Chinooks.
Tanto de orilla, como vadeando o actuado desde un bote, se puede dar con los poderosos Chinooks.
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 ??  ?? Para recorrer los ríos salmoneros en busca de los mejores lugares para actuar, el uso de embarcacio­nes livianas que calen poco es de gran ayuda.
Para recorrer los ríos salmoneros en busca de los mejores lugares para actuar, el uso de embarcacio­nes livianas que calen poco es de gran ayuda.
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