Patos de temporada
Una apasionante cacería de patos en la provincia de Buenos Aires. Estrategias, armas y todos los detalles para acertar en la nueva temporada.
Pa ra los a f ic ion ados a l a c a z a me nor, e l mes de mayo est á revest ido de un signif icado especia l. Escopetas, cartuchos, indumentaria y hasta perros comienzan a ser sacados del obligado letargo impuesto por la finalización de la temporada anterior. Y dentro de las especies a cazar, el pato ocupa un lugar de privilegio. Su raudo vuelo y sus br uscos ca mbios de dirección ponen a prueba la habilidad del cazador.
Una llamada a nuestro amigo Javier Uldani fue el inicio pa ra a r regla r una jor nada a puro pato. En esta oportunidad, unos cazadores provenientes de Texas –con un holandés infiltrado– serían de la partida.
El viaje hasta la localidad de Las Flores, provincia de Buenos Aires, fue placentero y plagado de divertidos momentos, por la ex pectativa que las jornadas venideras despertaban en los extranjeros que visitaban por primera vez nuestro país. Tanto a nuestro guía como a mí, los únicos locales de la partida hasta ese momento, nos acribillaban a preguntas.
A rribamos justo para el almuerzo que nos esperaba en la Estancia L a M imosa, que se r í a nuest r o a lb e rg ue p or los siguientes cuatro días. Una vez ubicados y com idos, las ansias por cazar nos llevaron, a eso de las cuatro de la tarde, a partir en busca de los diferen- tes espejos de agua que circundan la zona. El personal a las órdenes de Javier preparó las camionetas, los waders y los señuelos, y en tres grupos fuimos a lugares distintos.
Me tocó en suerte un pequeño ojo de agua con un islote de juncos en su centro. Los señuelos fueron colocados estratégicamente, y escopetas en mano –bien camuflados entre la vegetación– nos preparamos a iniciar nuestra primera jornada de caza menor de esta temporada.
Sin duda el lugar seleccionado fue el acertado, ya que al poco tiempo comenzaron a llegar los patos atraídos por los señuelos.
En algunas oportunidades, algo los prevenía y en un rápido giro cambiaban de dirección, momento en que nuestro guía utilizaba un llamador haciendo que la bandada regresara.