Tamaños
Campos bonaerenses anegados y las inundaciones de provincias aledañas hacen que la cacería sea un poco más difícil, pero lejos de ser imposible.
En el inicio de temporada, el clima fue casi una cuestión de mala suerte, una pésima combinación para el cazador y su perro. El comienzo de cada año suele estar precedido por la organización, ansiedad y el deseo incontrolable de tomar campo.
Con la provisión completa de cartuchos esperé a Daniel Callisto y a Jesús Killian, quienes me acompañarían en esta oportunidad. Las escopetas utilizadas para esta cacería fueron una superpuesta Silma calibre 20 con choke 1/2 y full, que quedó en ma- nos de Daniel; y una superpuesta calibre 12/70 choke 1/2 y full marca Norinco que usó Jesús. Y yo opté por una semiautomática Remington calibre 20 de capacidad 4+1 con choke 1/2.
En esa ocasión, para probar, Jesús me trajo una escopeta de CO Shark y unos rifles de aire precomprimido (PCP) con mira telescópica. Intentaríamos el tiro a la perdiz con la escopeta y la cacería de paloma en los montecitos con los rifles de aire.
Folk, mi perro, vive los preparativos con la misma ansiedad del dueño, así que cuando se empezaron a acumular en el living bolsos, escopeta y su jaula de transporte, decidió no salir de ahí y dormir hasta el momento de partir.
Bien temprano
En esta ocasión resolvimos arrancar a la madrugada para llegar al campo temprano. No queríamos encarar el camino de noche porque no sabíamos cómo estaba después de una semana de mal tiempo. Apenas arribamos tomamos unos mates con