Orlando: oficial salvó su vida por el casco
ORLANDO, EE.UU. La foto llegó a la redacción y pensamos que era parte de una película, quizás un acto de intervención divina. Pero no, la foto que ilustra esta nota muestra la aplicación directa de la ciencia de la seguridad. Fue tomada poco después del brutal ataque al boliche Pulse, de Orlando, donde fallecieron 49 personas y más de 50 permanecían internados con graves heridas al cierre de esta edición. El casco pertenece a uno de los oficiales del SWAT (siglas en inglés de Armas Especiales y Tácticas), que respondió a la llamada por el tiroteo y fue herido durante el intercambio de disparos. De acuerdo con el testimonio de los policías, cuando se acercaron al tirador lanzándole granadas para aturdirlo, respondió con una incesante lluvia de balas, una de las cuales terminó impactando en el casco PASGT (Sistema de Blindaje Personal para Tropas de Tierra) que usaba el joven, cuyo nombre no fue publicado para resguardar su integridad.
El arma
El asesino, quien fue identificado como Omar Mateen, abrió fuego contra los oficiales utilizando un fusil de asalto Sig Sauer MCX, muy similar al AR-15 empleado en otras masacres perpetradas en los Estados Unidos. Aunque el lobby armamentista norteamericano se apresuró en denominar al arma como un “fusil deportivo moderno”, los críticos señalan que se trata de la “mamba negra”, como se lo conoce en el ámbito militar, ya que fue diseñado a pedido del ejército norteamericano y es uno de los fusiles más letales producidos por la firma. Es que además de fabricarse en diversos calibres, también se le pueden agregar decenas de accesorios como miras tácticas, láser y grips, entre muchos otros. Se encuentra disponible en diversos calibres, desde el letal 7,62 mm utilizado por los fusiles de asalto de muchas fuerzas armadas del mundo, aunque en este caso el asesino usó el 5,56 x 45 mm NATO, el único permitido en armas de este tipo para uso civil. Entre sus letales características se destaca el cargador de 30 municiones y una salida de cañón que ronda los 910 metros por segundo. Aunque la ley norteamericana establece que este tipo de armas de uso civil deben ser semiautomáticas, Mateen logró disparar 24 balazos en 9 segundos, de acuerdo con el video de un testigo.
Casco kevlar
Los cascos PASGT fueron diseñados en los 80 para el ejército regular norteamericano, como una forma de protección ante todo tipo de agentes, desde disparos directos de fusiles de asalto de grueso calibre, hasta esquirlas de granadas. Luego de la modernización del ejército hacia el casco MICH y otras variantes más modernas, los cascos viejos fueron destinados a las fuerzas de seguridad internas de Estados Unidos, bajo el preconcepto de que el combate urbano supone menos riesgos. El casco PASGT está compuesto por varias capas de distintos materiales, recubierta por kevlar 29, un compuesto que entrelazado cobra una resistencia y elasticidad sin precedentes. Fue sólo por esta protección que el oficial del SWAT de Orlando está con vida, ya que la primera capa de kevlar desaceleró la munición, que luego chocó contra la armadura de acero angulado del casco, desviándolo hacia los laterales. Si bien la protección detuvo el avance de la bala, no pudo evitar la fueza dinámica del impacto, que tumbó al suelo al agente y le causó una severa contusión (ver foto). Para conocer más sobre la protección kevlar visite el especial multimedia de Weekend en weekend.perfil.com