Poderosas
Las lagunas de la zona de Nordelta son una muy buena opción para la pesca de combativas tarariras a pocos kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires.
El día no podía ser mejor: un cielo diáfano, sin nubes y poco v iento. Quizás a lgo fresco debido la noche anterior, por lo que decidimos entrar al agua más cerca del mediodía para pescar con temperatura de agua algún grado arriba en el termómetro.
Junto a Nicolás, que me había cursado la invitación durante la semana, procedimos a bajar mi kayak del coche ya que el suyo estaba en la guardería ya preparado. Cargamos agua, algo de comer (teníamos pensado pasar la tarde completa en el agua sin bajar a tierra), cajas de señuelos y carnada (que al final prácticamente no utilizamos).
La idea era probar en algunas cuevas que Nicolás tenía ya testeadas y ubicadas muy cerca, pero resultó que mientras estábamos en la bajada para embarcaciones prestos a salir, veíamos operar la desmalezadora f lotante del barrio justamente por donde nosotros teníamos que pescar. Una verdadera pena, ya que periódicamente se destruyen los nidos que puedan generar las tarariras, tan necesarios para su estabilización y proceso reproductivo.
Cambio de planes
Frente a este acontecimiento, no quedaba más alternativa que remar e intentar otros points, apelando a la intuición y al método de “prueba y error”. Y allá fuimos.
La laguna y canales en los que hicimos los ensayos poseen una profundidad de aproximadamente 2 metros, pero sobre el final de la tarde habíamos fondeado en zonas de casi 5 metros. Sabido es que la tararira busca lugares de poca hondura y profusa vegetación, por lo que nos concentramos exclusivamente en sectores costeros con juncos y algunos tramos de poca superficie de gambarrusa.
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