El dilema sobre el oxígeno

Para muchos montañistas, la única forma meritoria y honorable de subir el Everest es sin usar oxígeno. El referente de esta filosofía purista es el mítico himalayista y alpinista italiano Reinhold Messner. En 1978, Messner y el austríaco Peter Habeler fueron los primeros en ascender el monte Everest sin botellas de oxígeno. En 1980 Messner repitió el ascenso solo, convirtiéndose en el primer hombre en lograr esta hazaña. También fue la primera persona del mundo en escalar las 14 cumbres de más de 8.000 metros sin usar oxígeno. Se trata de una filosofía de montaña que él llamaba “por mis propios medios”. Pero el mismo monstruo sagrado del montañismo dio su opinión cuando se le preguntó si el Everest debería cerrarse a la gente que quiere subir con oxígeno: “No, yo creo que eso no es correcto. El oxígeno es un tratamiento médico, no es doping. Todo el mundo tiene que decidir si subir con o sin oxígeno. Arriesgás más si vas sin oxígeno, te arriesgás a un edema. ¿Y por qué alguien se tiene que arriesgar a un edema porque yo haya subido sin oxígeno? Cada cual es libre”.