El Mar Negro se instala como destino turístico
BUCAREST, Rumania. La costa del Mar Negro de Bulgaria y Rumania, los dos países más pobres de la Unión Europea, se presenta como una alternativa atractiva y barata a los tradicionales destinos turísticos del Mediterráneo. Los casi 400 km de costa búlgara son uno de los secretos veraniegos de Europa, con más de 70 playas de arena dorada aún poco concurridas, precios bajos y parajes de una riqueza natural y cultural sugerentes. Los expertos vaticinan que este año llegarán a Bulgaria unos 11,6 millones de turistas, un 11 % más que el año pasado, seguramente porque sus costas ofrecen buenas alternativas, sobre todo para familias con presupuestos modestos. Un día en un complejo hotelero “todo incluido”, la fórmula más habitual en Bulgaria, cuesta entre 10 y 90 euros por persona, dependiendo de la categoría del establecimiento. Si se contratan viajes en grupo la oferta puede ser incluso mejor. En cuanto a Rumania, la música electrónica, la fiesta y el juego son sus principales atractivos turísticos. Allí, sus cerca de 250 kilómetros de costa son visitados sobre todo por alemanes, israelíes, italianos y británicos, atraídos por la fiesta nocturna y también por los casinos. En cifras se espera que el turismo crezca un 26 % respecto a 2016. En Mamaia, donde se alojan los mejores clubes nocturnos de Europa del Este, una habitación de hotel puede costar entre 50 y 200 euros por noche, mientras que Vama Vecheesmásbarata, con precios de entre 40 y 100 euros.