Paso a paso dentro del agua
El wader es una herramienta fundamental en ciertas situaciones de pesca. Su historia, materiales de confección, y consejos para comprarlo y utilizarlo.
Cómo llegar adonde están los peces es la pregunta básica de todos los pescadores desde que se conoce esta práctica. En superficie, en lo profundo, a media agua, son algunas de las respuestas. Pero también falta saber a qué distancia se concentran los peces desde el punto en que más se puede aproximar el pescador. En algún momento de la historia de la pesca se supo que ciertos peces nadaban cerca, pero no tanto. La única opción era arrimarse pero, como se trataba de sectores playos, no podía utilizarse una embarcación.
La solución: caminar. El problema: el barro, las sanguijuelas, las ramas, las piedras sumergidas, el frío, las rayas… Una nueva solución: el wader o pantalón impermeable que llega hasta el pecho.
Con el paso inicial hacia la vulcanización, dado por Charles Goodyear en 1839, se iniciaba una nueva etapa en la industrialización del caucho, obtenido de un árbol típico de la selva amazónica. Hacia 1850, sí, hace más de 160 años, la fábrica Hodgman dio a conocer los primeros waders en el mercado. En los albores del siglo veinte, la producción masiva de neumáticos para autos popularizó la goma y, poco antes de la Primera Guerra Mundial, Hodgman comenzó a ofrecer modelos a prueba de agua y de material duradero.
Tecnología aplicada
La Segunda Guerra Mundial generó un nuevo empujón de calidad a la goma y los procesos industr ia les y, por ta nto, los waders empezaron a usar nuevas telas y renovadas tecnologías de fabricación. Enseguida creció la demanda de usuarios. Ya no sólo eran pescadores, sino también cazadores, agricultores de zonas de bañados, obreros que botaban embarcaciones, bomberos que actuaban en inundaciones y, con otras exigencias de protección, diferentes operarios que trabajan con productos químicos. Este sencillo “pantalón jardinero” ayudó mucho a prevenir enfermedades de la piel generadas en personas que estaban sumergidas durante mucho tiempo en agua u otros líquidos. La más común y cuyo nombre deriva de la guerra es el pie de trinchera.
Como es lógico suponer, los waders se utilizaban mayormente en invierno para evitar los enfriamientos. Como la goma, el PVC o el plástico son muy calurosos y de células cerradas, en aguas cálidas se convierten en una olla. De esta manera, la posterior aparición de telas respirables significó una expansión enorme en el uso de esta prenda: abarcar más aguas y más meses.