PARA FORTALECER LA SERENIDAD INTERIOR
Práctica de yoga para equilibrar la calma interna y la espontaneidad, ayudando a reconocer nuestro centro.
1. Postura de apertura para encontrar el equilibrio:
Nos sentamos con las piernas cruzadas o de ser necesario con las piernas estiradas en una postura cómoda, asentamos los glúteos sobre la tierra y observamos la respiración por la nariz, inhalando llevamos el aire al ombligo, a la zona de poder y la creatividad del cuerpo, en la exhalación nos vaciamos soltando todo el aire. Realizamos cinco respiraciones llenando primero la zona baja de los pulmones, la media y por último la alta, al exhalar nos vaciamos soltando primero el aire de la zona baja de los pulmones, media y alta. Lo repetimos llenando primero la zona alta, media y por último la baja, nos vaciamos soltando el aire de la zona alta primero, la media y por último la baja.
2. Posturas de aplomo interior
Parados con los pies separados el doble ancho de la cadera, exhalando dejamos que la cabeza descienda y el tronco se flexione hacia adelante desde la cadera, relajamos la cabeza, la mirada hacia el ombligo, repartimos el peso en toda la longitud de los pies. Nos dejamos respirar en la postura de la pinza unas cinco respiraciones. Desde la postura anterior apoyamos las manos en el piso y caminamos hacia adelante flexionando las rodillas hasta apoyarlas en el suelo (postura del gato contento-gato enojado) inhalamos arqueando la espalda llevando levemente la cabeza hacia atrás (de ser necesario abrir la boca para no violentar cervicales) y al exhalar llevamos la cabeza hacia adentro curvando la espalda. Repetimos 5 veces. Inhalando elevamos la cadera hacia arriba y atrás contrayendo el abdomen, separando el coxis de la cabeza, dejando que las piernas se estiren sin violentar las rodillas, la espalda y los brazos se estiran, la cabeza queda en la línea de la espalda, nos tomamos cinco respiraciones profundas sintiendo el calor de la práctica y el aplomo en la postura.
3. Postura de cierre para descansar en el centro
Nos acostamos boca arriba, realizamos cinco respiraciones lentas y profundas. Alineamos el cuerpo simétricamente relajando las piernas hacia los costados externos, soltando el peso del cuerpo en cada exhalación desde los pies hacia la cabeza y dejándonos llevar hacia la quietud.
■ Sugerimos estar plenamente presente durante toda la serie de yoga, observando los pensamientos y exhalándolos dejándolos pasar de forma amorosa fortaleciendo la fuerza y la flexibilidad. El equilibrio entre la interiorización y la expansión, generan una sensación de paz.