Con la vuelta a clases regresan los corredores seguros y armarán operativos para ordenar el tránsito
Buscan que los alumnos estén más protegidos cuando van a pie al colegio, aunque prevén que la mayoría irá en auto o remís. Además, reforzarán el transporte púbico.
Las clases presenciales en la Provincia vuelven el lunes, aunque desde hace una semana se vio a chicos con uniforme en las calles del Oeste por los exámenes de materias previas, los recuperatorios y hasta los actos de colación de 2020. Desde la semana que viene el movimiento será incesante y por eso al protocolo provincial con distanciamiento social, burbujas y horas diferenciadas las comunas suman operativos de seguridad, un sistema para agilizar la entrada de los chicos sin interrumpir tanto el tránsito y un refuerzo en el transporte público.
El punto negativo en este regreso es que en algunos edificios públicos aún restan concluir obras de infraestructura y las clases continuarán de forma virtual.
En líneas generales, los colegios públicos y privados seguirán los lineamientos determinados por el Consejo
Federal de Educación para el “Manejo y control de COVID-19 en establecimientos educativos” y por el "Plan Jurisdiccional de la Provincia de Buenos Aires para un Regreso Seguro a Clases Presenciales", aunque algunos pueden sumar medidas adicionales.
Cada escuela está organizando su sistema de "burbujas", los grupos reducidos de alumnos con una cantidad de integrantes determinada por la necesidad de un metro y medio de distancia social en las aulas.
"Todo el material que se da en presencialidad tiene que estar también de manera virtual para que tengan disponibles las actividades en la semana que no les toca asistir y para que no pierdan continuidad los chicos que no pueden ir a clase por causas de salud", explica Guadalupe Irianni, docente de dos instituciones privadas de Ituzaingó y Ramos Mejía.
Como parte del protocolo, también hay horarios de entrada y salida alternados para los distintos grupos, a fin de evitar que se crucen y que se generen aglomeraciones en la vereda. “Sumamos herramientas municipales para generar certezas: escuelas seguras con los corredores escolares, un trabajo con padres para acelerar la entrada de los chicos en escuelas de más concurrencia como el Instituto Cardenal Stepinac o la Primaria 3”, explica Martín Tufeksian, secretario de Educación y Deportes de Hurlingham.
En las Comunas suponen que muchos padres usarán sus autos particulares en lugar del transporte público o el transporte escolar y por eso arman los operativos para agilizar el tránsito. En Hurlingham esperan llegar a un acuerdo con el Ministerio de Transporte de la Nación y colocar detectores de dióxido de carbono en el transporte escolar, a fin de saber cómo está el oxígeno dentro de los vehículos.
Cada jornada de clases presenciales será reducida a un máximo de tres horas y media, pero continuará también el proceso de aprendizaje a través de medios virtuales o con actividades que los alumnos deberán realizar en sus casas.
Entre las medidas de seguridad, al ingresar tomarán la temperatura y será obligatorio el uso de tapabocas en todo momento. A eso se suman otras medidas como la que que decidieron Hurlingham y Morón de colocar medidores de dióxido de carbono desarrollado por la Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHUR), que permite controlar la renovación del aire en las aulas.
“Tenemos implementado el protocolo establecido y sumamos cabinas sanitizantes en los ingresos. Las hicieron los alumnos del taller de la escuela”, destacó Martín Nasif, profe
El protocolo dipone horarios de entrada y salida alternados entre los distintos grupos.