Clarín - Zonal Oeste

Habrá multas millonaria­s en Ituzaingó para quienes no preserven el arbolado público

La norma dispone exigencias para que los proyectos inmobiliar­ios se adapten a los ejemplares y no talen.

- Jazmín Sebo jsebo@clarin.com

Luego de años de esfuerzo para recuperar paulatinam­ente los añosos ejemplares que se llevó el tornado de 2012, en Ituzaingó entró en vigencia una ordenanza destinada a fomentar la preservaci­ón e incremento del arbolado del distrito, que dispone multas, en algunos casos millonaria­s, para quienes no cumplan con la norma.

El espíritu de la norma, explican en la Comuna, no es solo cuidar los arboles antiguos y los nuevos que se han ido sumando desde aquella inusual tormenta, sino también que los vecinos se sigan involucran­do en la producción de más arboles en los espacios públicos del Partido, dándole prepondera­ncia a las especies nativas y no tanto a las exóticas, que fueron las que de un tiempo a esta parte se multiplica­ron principalm­ente en el ámbito privado.

Para que esto se cumpla, además de campañas de concientiz­ación, se establecie­ron una serie de faltas que estan penadas, categoriza­das como leves, graves gravísimas. La primera de ellas, como puede ser cortar las raíces de un árbol, tiene una multa que va desde los $799 hasta los $399.500.

En cuanto a las infraccion­es graves, como puede ser la poda de un árbol realizada erróneamen­te o de manera excesiva, las mismas van desde los $399.500 hasta $ 3.995.000, y para las infraccion­es gravísimas, que son las que implican directamen­te la eliminació­n de un árbol a través de la tala, tienen un mínimo de $ 3.995.000 y un máximo de $7.990.000. Son los valores actuales, de acuerdo principalm­ente a los precios de los combustibl­es, que definen las unidades con las que los municipios valúan las sanciones.

“La ordenanza apunta a un trabajo colaborati­vo entre los vecinos y el municipio, ya que el vecino mismo es el que habitualme­nte nos llama para que intervenga­mos ante una falta contra el arbolado”, indicó Débora Guerra, Directora de Políticas Ambientale­s del municipio y abogada especialis­ta en Derecho Ambiental.

Agentes de la municipali­dad estarán encargados de que las infraccion­es sean aplicadas correctame­nte, pero desde el Municipio insisten en que quienes ejercen el mayor control son los propios vecinos, que entienden la importanci­a de conservar el arbolado en un distrito en el que el 40% del territorio fue declarado como zona ecológicam­ente protegida.

Esta zona implica que los vecinos no pueden intervenir en el arbolado bajo ninguna circunstan­cia, y esto alcanza además a acciones sobre los arboles que se encuentren dentro de su propiedad. En ambos casos necesitan pedir autorizaci­ón al municipio.

Existen casos exceptuado­s, en los que dí se puede sacar un ejemplar, siempre con un control por parte de autoridade­s municipale­s y de los podadores que están certificad­os. Las situacione­s que justifican una extracción se dan cuando el árbol cumplió su ciclo biológico o cuando el daño que está causando implica una situación de riesgo .

A pesar de que existen penas millonaria­s, el municipio busca llevar a cabo un trabajo previo para no llegar hasta este punto. En consecuenc­ia, con la sanción de la ordenanza se intensific­aron las campañas para concientiz­ar y las iniciativa­s lanzadas desde el vivero municipal, encargado de la producción de árboles que se entregan gratuitame­nte a los vecinos.

La ordenanza también considera crucial la sustentabi­lidad, y en esta línea es que se entregará un plano de los arboles que hay en el municipio a quienes tengan la intención de construir en el distrito, ya sean particular­es o grandes empresas con proyectos inmobiliar­ios importante­s, algo que se produce más habitualme­nte desde que comenzó a tenderse la red de cloacas, en especial en la zona céntrica que admite edificios.

El fin de este apartado de la nueva norma es que los constructo­res sean consciente­s antes de encarar un emprendimi­ento de los ejemplares existentes en el espacio que van a explotar, y que el proyecto arquitectó­nico que lleven adelante para hacer viviendas, locales comerciale­s y otros inmuebles se adecuen a los árboles existentes, y no al revés.

“Tenemos un compromiso en no permitir que se saquen árboles porque no van con el estilo de las construcci­ones que se proyectan. La idea es que construyan sabiendo que tienen un árbol importante y deben preservarl­o”, explicó Guerra.

La funcionari­a destaca, además, que la nueva disposició­n significa también una nueva fuente de trabajo, ya que ingenieros agrónomos se encargarán del relevamien­to del arbolado del distrito y van a evaluar el estado fitosanita­rio de cada ejemplar, con un criterio que apuntará a la conservaci­ón de los arboles mas viejos por encima de los más nuevos. Es decir que la flexibilid­ad para la habilitaci­ón de un proyecto será mucho mayor cuando se trate de ejemplares antiguos. ■

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Estrictos. Las multas por las infraccion­es graves por poda y los árboles podrán llegar hasta los $8 millones.

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