Protesta femenina en el Festival de Cannes.
La brecha salarial entre hombres y mujeres impera en la industria cinematográfica y aún se encuentra lejos de ser erradicada
Cate Blanchett, presidenta del jurado, junto con Kristen Stewart, Ava DuVernay, Lea Seydoux y la cantante Burundesa Khadja Nin comandaron la manifestación
Hace tres años, el escándalo del hackeo de Sony más que malos entendidos dejó al descubierto una serie de injusticias que han sacudido a Hollywood, entre éstas está la evidente brecha salarial entre hombres y mujeres en la industria del entretenimiento.
Actrices de la talla de Jennifer Lawrence levantaron su voz en octubre de 2015, contra las diferencias de sueldo entre hombres y mujeres. Jessica Chastain, Charlize Theron, Amanda Seyfried o Meryl Streep también se unieron a la protesta.
Lo de Jennifer Lawrence fue un capítulo más de un desequilibrio evidente en el que se ha instalado la industria hollywoodiense desde hace décadas y que, en los tiempos que corren, parece insostenible. Lawrence se lamentó de no haber sido más dura a la hora de negociar su salario por “La gran estafa americana”, película por la que fue nominada a un Óscar. Lo hizo a través de una carta que publicó en la web de Lena Dunham al respecto mostrando su frustración tras saber, a través del escándalo del hackeo de cuentas de Sony, que había cobrado menos que sus compañeros de reparto, Bradley Cooper y Christian Bale.
“No estoy furiosa con Sony, lo estoy conmigo misma”, indicó. “He suspendido como negociadora porque me di por vencida antes de tiempo”, aduciendo además que no fue más agresiva con el dinero por no ser percibida como avariciosa o complicada en el ámbito laboral. Pero, lejos de ser una queja más, sus declaraciones crearon una tensión en el ambiente que desde hacía tiempo no se percibía. Las reacciones en Twitter fueron varias por parte de colegas como Emma Watson, que celebraron su valor para exponer su enfado, o como el propio Cooper, con quien ha rodado algunas de sus mejores películas, incluyendo “La gran estafa americana”.
Jessica Chastain se unió a la protesta colectiva, considerando que no hay excusa para la diferencia salarial entre mujeres y hombre en la meca del cine, y tildando de valientes las palabras de Lawrence, las segundas, quizá, con tanta sonoridad después de las célebres pronunciadas por Patricia Arquette durante la ceremonia de ese año de los Óscar. Alteró los ánimos del público presente esa noche.
Lo que decían corresponde en gran medida con los datos que circulan sin cesar por las webs de la industria, que lejos de ocultarlo se han lanzado a mostrar la disparidad con toda su crudeza. Baste con las cifras anuales de Forbes sobre el movimiento de millones anuales de las mayores estrellas del firmamento. Comparando unas con otros, queda claro que los hombres salen muy favorecidos. Sólo en 2013, los actores ganaron casi el triple que las actrices, lo que significa, para ser más precisos, que por cada dólar que se llevaron a casa los varones de mayor nombre en la gran pantalla, ellas sólo percibieron 40 centavos.
Festivales y premiaciones para protestar
Las protestas sobre la brecha salarial y el lugar de las mujeres en la industria del cine se han agudizado desde entonces, cuestionando desde espacios de poder hasta la violencia y acoso sexuales en ese medio.
Este año la ceremonia de los Óscar sirvió de escenario para los movimientos Me Too ( Yo también) o Time’s Up ( Se acabó el tiempo).
Este mes, le ha tocado el turno al Festival de Cannes en el que en los 70 años de historia del festival sólo una mujer ha ganado la Palma de Oro ( el mayor premio del festival): fue en 1993 y Jane Champion, directora de “The Piano Lesson”, ni siquiera tuvo la satisfacción de disfrutar el premio al completo, pues tuvo que compartirlo con el director chino, Chen Kaige. Esta es sólo una anécdota de las cientos que demuestran la desigualdad de género que impera en la industria cinematográfica y que a día de hoy se encuentra lejos aún de ser erradicada. Es por ello que un total de 82 mujeres han protestado en la alfombra roja del festival para pedir justicia e igualdad.
Las 82 integrantes representan el número de películas dirigidas por mujeres que fueron seleccionadas para competir por la Palma, en contraste con las 1.645 películas dirigidas por hombres.
En 2015, se dijo que algunas mujeres fueron expulsadas de la alfombra roja del festival por llevar zapatos planos.