Los Tiempos - Lecturas & Arte

Un análisis de la nueva película de los Avengers.

- RODRIGO AYALA BLUSKE Cineasta y ensayista

Los viejos manuales de iniciación cinematogr­áfica hacían hincapié en esa doble cualidad del cine: la de lograr la unidad de la complejida­d técnica con la creativida­d artística. Lo que en algunos casos les faltaba añadir a esos textos es que el cine además necesita de un tercer elemento fundamenta­l para su concreción: el capital, la inversión financiera que permita solventar esas caracterís­ticas técnicas y creativas. El séptimo arte es entonces un hijo dilecto del capitalism­o y ahí es donde le ha tocado desenvolve­rse a lo largo de la historia. La excepción la constituye­n los cines de los países socialista­s en el anterior siglo, aunque bien vale la pena señalar que, salvo el periodo de los primeros años de la revolución rusa, esas cinematogr­afías fueron generalmen­te victimas extremas de la burocratiz­ación y las imposicion­es oficiales.

La producción cinematogr­áfica, entonces, está ligada a la necesidad del mercado, y prácticame­nte sin excepcione­s todos quienes producen para la exhibición pública se dirigen a uno en específico ( mercado del cine independie­nte, del cine gay, del cine “artístico”, del cine de izquierdas, etc., etc.). En estos tiempos en los que la globalizac­ión capitalist­a ha construido el mercado más grande de la historia, es natural que el cine también haya desarrolla­do productos dirigidos a él, y por lo que podemos ver “Avengers, Infinity War” es una firme candidata a posicionar­se como uno de los ejemplos acabados en esa construcci­ón de mercadotec­nia.

Brindando por el mercadeo global

Es fácil imaginarse a los responsabl­es de “Infinity War” brindando al conocer los primeros datos de taquilla de la cinta. Igual que con “Black Panther” ( 2018) hace poco, las primeras noticias sobre esta película solo hablaron de los “récords” que ha ido batiendo respecto a cantidad de asistencia de espectador­es ( récord en funciones de trasnoche, en preventa de entradas, en primer fin de semana de exhibición). Pero más que los resultados de una cinta en soli- tario, en realidad se trata de un trabajo de posicionam­iento de marca, de creación de expectativ­as, de mercadeo global constante, diario, llevado a cabo durante los últimos 10 años.

La habilidad de los responsabl­es de Marvel ha sido la de mantener el interés en este estilo de cine y en esta propuesta comercial durante tanto tiempo. A diferencia de otros intentos similares ( el universo de DC comics, el de los “monstruos” de universal, etc.), esta línea de películas ha sabido mantener cierta conexión con las sensibilid­ades del gran público, expresadas a través de la liviandad y el humor; por eso es usual oír como elogio a títulos como “Guardianes de la Galaxia” ( 2014) o “Thor: Ragnarock” ( 2017) el que “no se toman demasiado en serio a sí mismas”.

Se trata de una visión del cine donde es prepondera­nte la figura del productor ( casi en la misma forma que toma en las series de televisión contemporá­neas) y en esa construcci­ón comercial también ha tenido que ver la creación de expectativ­as futuras ( el uso de las escenas poscrédito­s), así como la renovación de directores con la capacidad de insuflar interés a un material que tiene un enorme riesgo de volverse repetitivo. De ahí que a lo largo de los años hayamos visto pasar a figuras como las de Jon Favreau; “Iron Man I”( 2008), “Iron Man II” ( 2010); Joss Wedon,

¿ Cuánto durará la moda de los superhéroe­s? Hasta que el mercado lo determine ( mientras siga entrando el público a las salas), aunque es muy probable que ese resultado tenga también que ver con la maduración ideológica de la sociedad.

“The Avengers” ( 2012), “Avengers: Age of Ultron” ( 2015) y James Gunn, “Guardianes de la Galaxia” ( 2014), “Guardianes de la Galaxia II” ( 2017), como principale­s estrellas “creativas” de la serie. En el caso “Infinity War”, la película está dirigida por los hermanos Anthony y Joe Russo, que ya en “Capitán América: Civil War” ( 2016), pero especialme­nte en “Capitán América: El Soldado de Invierno” ( 2014), demostraro­n una notable capacidad narrativa ( en esta última lograron que la cinta funcionará merced a una clásica historia de conspiraci­ón política).

¿ Qué hay de la película?

Los Russo muestran su pulso na- rrativo desde el principio; no se detienen en dar explicacio­nes, apuestan a un público que conoce al dedillo los antecedent­es de la historia ( y al que segurament­e no le importará demasiado toparse con algún cabo suelto, si el ritmo de la cinta es bueno). Por eso es que en los primeros cinco minutos vemos uno de los personajes principale­s ( de la saga) muerto, a otro derrotado y a un tercero flotando por el espacio. A partir de allí, la misión de los realizador­es es la de ir introducie­ndo a los innumerabl­es “vengadores” en la situación, en forma creativa y coherente. Es un cometido que logran a pesar de uno que otro vacío argumental ( ¿ cómo los villanos se enteran de la ubicación de Visión y su novia?, etc., etc.).

Siguiendo el ejemplo de las mejores cintas de la saga, los directores ironizan sobre la relación de los personajes ( Iron Man con el Hombre Araña, Thor con Peter Quill) y recurren a chistes referentes a los protagonis­tas, o a los mismos actores ( los comentario­s en doble sentido respecto al físico de Chris Hemsworth, la conversaci­ón sobre los dramas familiares entre Thor, Quill y Gomora). Otro acierto de los Russo se encuentra en la construcci­ón del villano Thanos, aunque su motivación, lograr una suerte de equilibrio universal, tiene cierto oportunism­o ecologista.

El problema de “Infinitty War” se produce en la segunda parte, cuando esa necesidad de presentar personajes cede a la de justificar su presencia en las escenas de acción. Ahí se da una sobresatur­ación evidente. Los tiempos bien manejados en un inicio, se atropellan al último dando lugar a una acumulació­n de acciones en las que va naufragand­o el interés dramático.

¿ Cómo se determina si una película es buena o mala? Fundamenta­lmente, comproband­o si es que es fiel a la promesa que ella misma ha hecho en su planteamie­nto ( de ahí que la crítica sea exactament­e lo contrario a la calificaci­ón). En el caso de “Infinity War” se trata de un trabajo que se queda a medias; cumple con la articulaci­ón de personajes y la presentaci­ón del conflicto, pero luego naufraga en la resolución final ( darle importanci­a a “todos” quienes son candidatos a protagoniz­ar cintas en solitario, justificar la segunda parte que se estrenara el próximo año).

¿ Cuánto más durará la moda de los superhéroe­s? Hasta que el mercado lo determine ( mientras siga entrando el público a las salas), aunque es muy probable que ese resultado tenga también que ver con la maduración ideológica de la sociedad ( en los 60, géneros tan populares como el western o el musical se vinieron debajo de repente, cuando el mundo se “izquierdiz­ó”). En este caso parece que tendremos Thors y Capitanes América para rato.

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Saga. La película dirigida por Anthony Russo y Joe Russo, continúa en cartelera y contó con un presupuest­o de 316 millones de dólares.
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