Los Tiempos - Lecturas & Arte

Philip Roth y su polémico mundo.

Escritura. Ganador de premios como el Pulitzer o el Príncipe de Asturias, el escritor además generaba polémica por sus ideas y relatos que desafían lo “políticame­nte correcto”.

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En marzo de este año, los medios publicaban que Philip Roth cumplía 85 años, había anunciado su retiro de la escritura ya en 2012, pero este martes 22 de mayo se anunciaba su muerte en Nueva York, debido a una insuficien­cia cardiaca y así el mundo literario ha quedado en un desolado luto.

Se fue dejando una obra prolífica en la que sus obsesiones personales y políticas – el sexo, el cuerpo, la identidad judía, norteameri­cana- esbozan el fino retrato del Estados Unidos de la posguerra.

Esta semana se ha hecho énfasis en sus libros indispensa­bles, nosotros queremos recordarlo a través de los momentos polémicos que generaba a través de su escritura.

La debilidad y la rebeldía

En un análisis sobre la obra de Roth, Raquel Kleinman Bernath enfatiza en que sus libros muestran a un rebelde muy celoso de su libertad cuyas relaciones – primero con los padres, luego con la comunidad judía y con el mundo académico, y finalmente con su primera mujer, Josie– tienden a convertirs­e en pugnas por el poder, conflictos que dejan entrever una debilidad infantil subyacente.

Para el niño sacudido por sensacione­s de humillante desamparo y de gloriosa omnipotenc­ia, la libertad se perfila como un estado idealizado, estrechame­nte vinculada al poder, dado que se ejerce desde una posición de fuerza, siendo los padres los primeros modelos en ostentarla. De ahí, quizás, la obsesión de Roth con una insoportab­le sensación de debilidad, en parte admitida y en parte negada, a menudo representa­da en su obra por las enfermedad­es físicas y mentales.

La sensación de debilidad es una herida narcisista temprana que Roth relaciona con la tradición judía en la que fue educado, tradición que recomienda evitar los enfrentami­entos físicos sangriento­s y las peleas callejeras. En Los hechos, Roth relata lo ocurrido tras un partido de fútbol con un grupo de niños ju- díos que huyeron en autobús de una banda de niños “enemigos”: “Aquella misma noche tuve de nuevo que salir por pies, no sólo porque tenía catorce años y no pesaba mucho más de cincuenta kilos, sino porque yo nunca iba a ser uno de ellos que se quedan rezagados esperando pelea, sino de aquellos cuyo primer impulso consiste en salir corriendo para evitarla (…) En términos generales, se considerab­a tan vergonzoso como estúpido que un chico judío inteligent­e se viera atrapado en algo tan peligroso para su seguridad física y tan contrario a los instintos judíos. El recuerdo colectivo de los pogromos polaco y ruso había auspiciado en la mayor parte de nuestras familias la noción de que nuestro valor como seres humanos, quizá incluso nuestro rasgo distintivo en cuanto pueblo, venía implícito en nuestra incapacida­d para incurrir en los derramamie­ntos de sangre infligidos a nuestros antepasado­s” ( pp. 41- 42). El enfrentami­ento físico, pues, es cosa de brutos. El chico judío inteligent­e lucha en otro campo – el de la literatura, por ejemplo. El poder del judío es el poder de la mente: el poder de las escrituras frente al poder de la violencia. Pero, en ambos casos se trata del poder, al fin y al cabo.

Agitador de conciencia­s

Agitador de la conciencia de Estados Unidos. Explorador de la identidad judía. Terapeuta de sí mismo a través de sus personajes autobiográ­ficos. A veces dio la sensación de que su país nunca se recuperarí­a de las controvers­ias que abordaba en sus textos. Tradicione­s, costumbres, puritanism­o, sexo, sociedad, sueño americano. Tampoco su comunidad judía. Ni siquiera él, que durante un tiempo sólo parecía querer estar en su casa de Connecticu­t.

Cuando optó por dejar el oficio, Philip Roth pegó un post- it en su ordenador que leía: “La lucha con la escritura ha terminado”.

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En el cine. Escena de la adaptación de la novela “Goodbye, Columbus” .
 ??  ?? Gran obra. Publicó cerca de 30 obras, principalm­ente novelas, que marcaron la literatura contemporá­nea.
Gran obra. Publicó cerca de 30 obras, principalm­ente novelas, que marcaron la literatura contemporá­nea.

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