Iván Cáceres responde preguntas de una entrevista hecha a Warhol. Pág. 7
Para entrevistar al artista paceño le propusimos hacerle las preguntas como si fuera el estadounidense
Entrevistar al artista paceño y arquitecto Iván Cáceres no podía ser una experiencia “ordinaria”, teniendo el diálogo con este creador nos resultó interesante proponerle un juego y hacerle preguntas de entrevistas hechas a Andy Warhol en la década del 70. Elegimos a Warhol por su aparente excentricidad, que puede ser un punto en común con Cáceres.
Algunas de las preguntas estaban centradas en Estados Unidos y las enfocamos al contexto de nuestro país, por eso algunas palabras están entre paréntesis. El artista paceño accedió a hacer la entrevista de esta forma con su particular manera de ver el mundo.
Cabe destacar que su trabajo trasciende nuestras fronteras y que sus últimas exposiciones, a principios de este año, fueron “Arquitectura del tercer sueño”, en la Oficina Cultural Oswald de Andrade Sao Paulo SP. Brasil y Exposición ADAM, Dot Fiftyone Galelery en Miami, Estados Unidos. Actualmente, Cáceres está trabajando en nuevos proyectos que incluyen videolibros y la creación de máquinas gigantes.
¿ Tiene una profesión secreta?
Caminar.
¿ Tiene alguna fantasía secreta?
Sin duda, la imagen más frágil, la más inconsistente, puede revelar vibraciones profundas.
La masa dándole vuelta a la espalda de los antepasados.
¡ Cada árbol está sintiendo y está hablando de su labor de acoger, de proveer vida; cada piedra está trabajando, está sintiendo y está hablando, está siendo parte para ser un todo; cada animal, ¡ cada roca nos ayuda a vivir! a comprender ¡ a sentir! El hombre no puede quedarse atrás. Donde cada árbol se alza, al abrir sus palmas busca su alma.
La fantasía está ahí en las palmas y es secreta para el que no busca.
¿ Qué le hace feliz?
Admiro aquellas cosas pequeñas que me llenan el cuarto por ser dignas, esa guerra terminada, ese verde, el sol y la libertad. Con esas pequeñas cosas me quedo y no quiero abrir los ojos porque con esas cosas yo me quedo.
¿ Cómo definiría su estilo?
Punk transracional, “hacer sin hacer nada”. Ya estoy en el sistema ahora puedo destruirlo.
¿ Cree que hay vida en otros planetas?
Sí, claro, se manifiestan en mis exposiciones.
¿ Ha vivido alguna experiencia aterradora?
Todas las noches sueño con un gordo agarrado de una soga y trepando al cielo.
¿ Está satisfecho con su vida?
A la caza de ideas ( Yo soy el espacio donde estoy).
¿ Cree en el destino?
Cuando Dios una un alma a su sueño en una máquina, le dará su sede principal en el cerebro, porque definitivamente antes de venir a este mundo firmamos sentencia.
Y ¿ qué predicción haría sobre ( Bolivia)?
No creo en patrias, veo la nada eterna pero no está mal si llevas agua y ropa adecuada. Todo calmo, cuando las cimas de nuestro cielo se reúnan, aguas bajas, montañas altas, con tres peldaños viejos, lisos y verdinosos para subir al cielo una morada secreta y pobre como una estampa antigua con mucha gente que sólo vive y donde entro a veces, habitada por el viento la gente la inventa, sus manos la dibujan de nuevo un gran cielo encima de los bosques, claro y despierto.
¿ Qué es lo que más le gusta de la cultura ( boliviana)?
Su agradecimiento a las energías que las habitan por la conexión y por el espacio otor-
gado para existir. Es una relación espacio- divinidad que van de la mano “andar juntos”, es decir, buscar siempre y constantemente el equilibrio o la proporcionalidad.
¿ En qué cree ( Iván Cáceres)?
En concretar algo, que nunca existió, en la geometría del infinito, como el grito redondo del ser redondo.
Si usted no fuera quien es… ¿ Compraría usted un ( Cáce- res)? ¿ Iría a ver una exposición suya?
Nunca pongo precio, parece que las regalo. Si alguna vez se pone precio en alguna de mis piezas, les rogaría que lo quitaran.
Sí, seguramente iría ( a una exposición de Cáceres), porque tal vez en sus sueños soy su pesadilla.
¿ Cuál es su artista preferido?
Se llama silencio en un cajón cerebral u otro, su olor a silencio es tan viejo... que acabo de oírle respirar y está apoyado sobre un milagro.
“Mi trabajo es la prolongación de muchos otros, es decir, la consecuencia del lenguaje construido. El mundo llama del otro lado de mi puerta”.