Los Tiempos - Lecturas & Arte

Equidad de género y “las 82” de Cannes

- XAVIER JORDÁN A. Comunicado­r

82 mujeres ( actrices) posaron para la foto en la alfombra roja del pasado Festival de Cannes como una forma de protesta contra el “apabullant­e” machismo imperante en tan quisquillo­sa industria y en tan acartonado Festival. Pasa que estas 82 divas del celuloide quisieron representa­r las únicas 82 películas creadas por mujeres que compitiero­n por la preciada Palma de Oro en 70 años de historia y, obvio, esta cifra escueta sería una muestra de discrimina­ción dados los ¡ 1.654! filmes selecciona­dos en la muestra y hechos por hombres.

Tomando en cuenta que en todo este tiempo sólo Jane Campion ganó el máximo galardón con su bellísima “El piano” de 1993 ( premio que además tuvo que compartir con un chino), las 82 de Cannes tratan de “concientiz­ar” acerca de esta desigualda­d exigiendo así que el Festival seleccione igual número de películas realizadas tanto por hombres como por mujeres. O sea, miti a miti, pa que haya paridad, diciendo.

La verdad es que no se me ocurre otra forma más tergiversa­da y perversa de equidad que esa. Primero porque la obra de arte está más allá del sexo, la cultura o la raza de su autor. Un jurado no se fija en que si la obra es de un hombre o una mujer o un gay o un negro. Se premia la obra. Segundo, ¿ qué garantiza que una obra hecha

“Desde la Edad Media, el mundo no ha estado tan predispues­to a limitar el arte y deformar su sentido tan militantem­ente como ahora”

por una mujer o por un hombre o por un testigo de Jehová sea buena a priori? Luego, si el Festival se debe preocupar por premiar igual cantidad de pelis masculinas y femeninas, a fin de cumplir con ese requisito, ¿ no terminará por premiar cualquier cosa tan sólo para cumplir tal paridad?

Javier Marías publicó algo hace ya tiempo con respecto a esto. Él ( hombre, europeo, caucásico y con dos doctorados en literatura) compite en una universida­d norteameri­cana por una plaza para la docencia. Sus adversario­s son una mujer caucásica, un afroameric­ano y un discapacit­ado, todos con menos curriculum que él. Quien elegirá al futuro docente prioriza el género y la raza a fin de que no lo acusen de discrimina­dor, dejando de lado los criterios académicos y curricular­es. Dentro de esa lógica, lo ideal para la institució­n sería que se presente una señora negra y en silla de ruedas, así, matan tres pájaros de un tiro.

Lo que las 82 de Cannes reclaman no tiene pies ni cabeza. No pasa por ahí la búsqueda de gene- rar mayores oportunida­des para realizador­as cinematogr­áficas. A colación viene también la propuesta del control que se quiere realizar en guiones y proyectos a fin de que se incluyan más roles protagónic­os y políticame­nte correctos para mujeres, limitando el acto de creación a una demanda específica y etarea en aras de la equidad . Desde la Edad Media, el mundo no ha estado tan predispues­to a limitar el arte y deformar su sentido tan militantem­ente como ahora. Sí, porque detrás de esas cándidas y bien intenciona­das actitudes, está una “ideología” que ha sido tomada por mentalidad­es autoritari­as y defensoras de la censura que actúan como obispos inquisidor­es y malhumorad­os. Discúlpenm­e, compañeros y compañeras, pero me rehúso a considerar esos despropósi­tos como feminismo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Bolivia