“Desencuentros” de Edmundo Paz Soldán
Este miércoles 11 de julio, el Centro Simón I. Patiño se realizará el “Encuentro con el autor”, con Edmundo Paz Soldán a las 10: 30. El ingreso es libre y, en la noche, a las 19: 00, se presentará su libro “Desencuentros”. A continuación, publicamos parte de una reseña escrita por Nadal Suau.
“Desencuentros” recoge los primeros libros de Edmundo Paz Soldán ( Cochabamba, 1967), “Las máscaras de la nada” ( 1990) y “Desapariciones” ( 1994), dos conjuntos de relatos que presentan muchas concomitancias y una progresión coherente. En su momento, la crí- tica de su país los acogió con calidez mayoritaria, aludiendo a la influencia borgiana de sus juegos de espejos y paradojas; es un antecedente fácil de convocar, pero que en realidad no sé si sirve de gran cosa para hacerse una idea del tipo de literatura que tenemos entre manos.
Mientras iba leyendo estos cuentos breves ( alguno de ellos, hasta fugaz), se me ocurría que los juegos que los animan podían nacer del autor de “El Aleph” lo mismo que de los guiones de H. G. Oesterheld, cuyo mítico cómic “El eternauta” acaba de reeditar Norma. Y cualquiera que lea los ensayos de Paz Soldán contenidos
“Es una concepción sencilla pero fascinante de la relación entre literatura y biografía”
en “Segundas oportunidades”, editado en 2015 por la Universidad Diego Portales, sabrá que sus referencias lectoras son muchísimas y muy variadas, con especial querencia por la ciencia- ficción. En definitiva, que la pirotecnia crítica de ir ci- tando referencias para explicar “Desencuentros” podría ser tan tramposa como casi siempre es, si no fuera porque, en el pequeño dossier promocional que Páginas de Espuma envía a la prensa junto a los ejemplares del libro, se incluye una entrevista al autor en la que dice algo revelador, muy preciso: “En cierta forma, esos dos libros que componen ‘ Desencuentros’ son mi verdadero diario, llevado durante casi 10 años. Es por eso que también hay muchos textos que son como homenajes a libros y escritores. Yo leía ‘ Las ciudades invisibles’, digamos, y en vez de escribir un párrafo sobre lo que pensaba de ese libro escribía un par de cuentos breves inspirados por Italo Calvino”.
Es una concepción sencilla pero fascinante de la relación entre literatura y biografía, y al mismo tiempo apunta varias claves de lectura del libro. La primera de ellas subraya su carácter primerizo: he aquí la obra de un veinteañero, probando y contrastando sus recursos narrativos. La alusión a la edad del autor no es necesariamente relevante, y desde luego no la uso para que leamos “Desencuentros” con gesto condescendiente ( no hay forma de lectura más fea que la condescendencia), pero creo que permite contextualizar muy bien el tipo de ingenio que despliega el primer volumen, “Las máscaras de la nada”. Aquí encontramos cuentos rebosantes de buenas ideas, con giros sorprendentes y un tono que ya sabe expresar lo imposible ( duplicaciones, alteridades, estados alterados de consciencia, etc.) como si perteneciera a lo racional.