Una mirada al libro “Desde el maizal”, de José Antonio Rocha
Presentación. El libro se presentó en mayo, pero recientemente se encuentra en librerías de la ciudad Antropología. Este trabajo incluye el análisis de fenómenos concretos, como fiestas tradicionales
El antropólogo José Antonio Rocha presentó su libro “Desde el maizal”, se trata de un conjunto de textos sobre la diferente problemática sociocultural boliviana que abarca los años 2000 a 2015. A continuación, reproducimos el prólogo de la publicación escrito por Rafael Puente:
Curiosamente, en Bolivia, un país que se caracteriza por su riqueza y variedad cultural, tardó mucho en cultivarse la Antropología. Nuestros primeros antropólogos eran aficionados ( aunque sin duda interesantes), o bien científicos provenientes de otros países ( lo que no quita el gran valor de sus aportes). Tanto más interesante la aparición de antropólogos como José Antonio Rocha, a quien tuve el gusto de conocer cuando él era un joven estudiante, que además de dedicarse profesionalmente a la Antropología — se formó profesionalmente en Alemania— lo hace desde su pertenencia a la cultura Quechua y desde su ubicación geográfica en el Valle Alto de Cochabamba. Además con la experiencia de casi 30 años de docencia universitaria y la participación en proyectos sociales como el Kawsay… De ahí que este libro, al que él mismo califica como una recolección de ensayos de Antropología Sociocultural, resulte gratamente ilustrativo.
Personalmente, quisiera resaltar los aportes que hace al conocimiento de la cosmovisión andina, a la que caracteriza como cosmocéntrica, cíclica, holística y chacracéntrica; una cosmovisión que se expresa en las cinco almas del hombre maduro, y también en el sincretismo religioso. Aquí me parece importante resaltar que José Antonio estudia nuestras culturas como de hecho se presentan, sin idealizarlas, pero por supuesto ponderando su riqueza ( en la que me gustaría resaltar elementos que tienen consecuencias políticas sugerentes, como es el caso de la armonía de contrarios, que incluye dimensiones tan significativas como la reciprocidad y la política de alianzas, así como el valor del territorio). También ofrece relevancia política el análisis del racismo, que no existía en nuestros pueblos indígenas y que viene con la Colonia ( y que, por tanto, reviste importancia fundamental a la hora de construir el Estado Plurinacional).
De la misma manera, el análisis de fenómenos concretos, como la fiesta de la fertilidad que llamamos Santa Cruz Tatala ( con sus condimentos de buen humor y sus expresivas coplas); o de las fiestas carnavaleras ( con sus condimentos también de humor, juego, coplas y picardía, pero sobre todo como una forma de resolución de conflictos); o del significado del compadrazgo, y de lo que expresa el yanapanaku multicultural.
Pero además de estos temas particularmente interesantes para conocer nuestra cultura andina — sobre todo valluna— este libro nos ofrece otros temas puntuales, igualmente valiosos, como el rescate de la cultura afroboliviana, la instrucción religiosa en el Valle Alto, el estudio de las ciencias sociales en la Secundaria, la experiencia de una radio comunitaria, o lo que pasa en la facultad de Ciencias Sociales de la universidad; incluso en-
“Me parece importante resaltar que José Antonio estudia nuestras culturas como de hecho se presentan, sin idealizarlas, pero por supuesto, ponderando su riqueza”
contramos un valioso estudio del ayni peruano.
Se trata de un libro auténticamente antropológico ( sin apologías, ni preconceptos, ni teorizaciones predeterminadas) que apunta a la comprensión de nuestra sociedad real — esencialmente pluricultural— o por lo menos de una parte de ella. ¡ Gracias, José Antonio! Quedamos a la espera de ese novedoso estudio de la presencia sefardí en nuestra tierra.