DESPUÉS DE LOS JUEGOS EMERGEN INTERROGANTES.
Con una mejor perspectiva a futuro por las promesas gubernamentales, pero con el peligro de que los escenarios se conviertan en elefantes blancos, se cerraron los Juegos 2018
Bolivia superó con creces su performance de Santiago 2014 (cuatro medallas de bronce), ya que en Cocha 2018 logró sumar 34 medallas —de las cuales cuatro son de oro— y subió en el medallero general de la duodécima posición al décimo lugar; sin embargo, no consiguió el objetivo de quedar entre los ocho primeros, meta que se fijó para estos XI Juegos Suramericanos.
Cochabamba 2018 se convirtió en una de las mejores presentaciones de Bolivia en los Juegos Suramericanos, aunque todavía está muy lejos de poder igualar el tercer lugar que se consiguió en la primera edición, en La Paz 1978, con 20 preseas doradas.
“Todos (los deportistas) esperábamos que después de los primeros Juegos (1978) el deporte nacional cambiaría para bien, porque finalmente contábamos con buenos escenarios deportivos, pero no fue así”, dijo Marco Ramírez, uno de los medallistas de esos Juegos, quien espera que no suceda lo mismo.
Todos están de acuerdo en que Cochabamba deslumbró con sus escenarios, muchos de ellos de talla mundial, y los récords que se lograron lo demuestran, pero la pregunta que sigue en el aire después de los Juegos es ¿qué sucederá ahora con esos campos deportivos?, ¿tendrán acceso los atletas?, ¿quién pagará su mantenimiento? Son interrogantes que se las trasladó a las autoridades y la respuesta fue la misma. “Se analizará la mejor forma de administrar los escenarios para el fomento y desarrollo del deporte”, pero ninguno quiso comprometer que los mismos estarán 100 por ciento abiertos, ni siquiera para los atletas de élite, aunque algunas instituciones hablan de la creación de escuelas deportivas para incentivar la práctica deportiva.
El fantasma de que varios de los recintos se conviertan en elefantes blancos es grande, teniendo en cuenta que el equipamiento de los mismos ya fue retirado y será almacenado en el Centro de Formación Deportiva de la Villa Suramericana.
“Un estadio de atletismo sin equipamiento no sirve de nada. Es como tener una casa ultramoderna sin muebles”, comentó el presidente de la Federación Atlética de Bolivia, Marco Luque.
La Alcaldía de Cochabamba construyó el mejor estadio de atletismo de Latinoamérica, al que muchos quieren llegar a entrenar, pero el 90 por ciento de su equipamiento ya fue retirado, porque no es del municipio, sino del Ministerio de Deportes.
El Gobierno municipal tendría que realizar un esfuerzo mayor para comprar el equipamiento respectivo y darle la funcionalidad respectiva al estadio.
De por sí, el complejo acuático generará una fuerte inversión mensual al municipio de Cochabamba, porque debe pagar el financiamiento bancario que contrajo para su construcción. Sin embargo, lo que más preocupa es