Por un Santiago más limpio
Es un hecho que, cada invierno, la capital sufre con los altos índices de contaminación. A partir de este año, el plan de descontaminación contempla la prohibición del uso de la leña en la zona urbana de la Región Metropolitana, cambio que implica un gran
“Santiago respira” se llama el Plan de Descontaminación Atmosférica de la Región Metropolitana, que contempla una serie de medidas para reducir la polución de la capital.
Iniciativa liderada por el Ministerio del Medio Ambiente y la Intendencia de la Región Metropolitana, que se centra principalmente en el control del material particulado fino (MP2,5), considerando que aún se producen más de 40 episodios críticos al año por su concentración, además de que se trata del más dañino para la salud de las personas. La instancia considera intervención para reducir los contaminantes que emite el transporte, el sector industrial y el residencial.
Prohibición de leña
Según datos del Ministerio del Medio Ambiente, se estima que solo 5% de los hogares de la región utilizan calefacción a leña. Sin embargo, se sindica como la causante de más de un tercio de la contaminación al año y casi el 50% en invierno.
Así es como, en el sector residencial, el principal cambio es la prohibición total de calefacción a leña en el Gran Santiago, es decir, la provincia de Santiago y las comunas de San Bernardo y Puente Alto, a partir de la entrada en vigencia del plan. Quedan fuera de la prohibición los calefactores a pellets, que solo deberán evitarse cuando se produzcan episodios de preemergencia y emergencia.
En tanto, el instrumento considera, a través del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, evaluar anualmente la entrega de subsidios especiales para el acondicionamiento térmico de las viviendas.
“El nivel de contaminación producido por las estufas sin mejoras (como cámaras de doble combustión) es tan alto, que no se puede dispersar adecuadamente, acumulándose hasta generar índices extremos de contaminación externa, con un considerable impacto en la salud de las personas”, comenta Marta Fuentealba, doctora en Ciencias Ambientales de la Facultad de Ciencias Básicas de la Universidad Católica del Maule.