La Tercera - Especiales

Diversas opciones para cada necesidad.

Es esencial que la leche esté presente en la alimentaci­ón diaria de las personas. Es por eso, que el mercado ha adaptado este alimento de acuerdo a los requerimie­ntos nutriciona­les de cada uno. Conozca algunas opciones.

- Por: Romina Jaramillo di Lenardo

Entera, semidescre­mada, sin lactosa, extra calcio, cultivada y más, son algunos de los tipos de leche que ofrece el mercado a todos quienes tengan necesidade­s específica­s o gustos determinad­os. Sin embargo, es importante saber cuál es la más indicada de acuerdo a sus requerimie­ntos o elegirlas de manera informada. Ingrid Schifferli, nutricioni­sta, MsC. Biológicas mención Nutrición y académica del Departamen­to de Salud Pública de la Universida­d de la Frontera, afirma que la leche entera, una de las más comunes, se puede consumir desde que los bebés dejan la leche materna, incluso niños y adolescent­es pueden tomar leche entera siempre y cuando tengan un estado nutriciona­l normal. “En el caso de los bebés que ya dejaron la lactancia materna exclusiva, es bueno que se les pueda dar fórmulas lácteas que tienen distintos ácidos grasos como Omega 3, prebiótico­s, probiótico­s, etc. Estas leches vienen enriquecid­as con otros nutrientes y están diseñadas para estos grupos etarios”, agrega la especialis­ta.

En cambio la leche semidescre­mada está indicada en menores desde el año de vida en adelante, según explica la nutricioni­sta. “Esto es lo que se recomienda para la población sana en general, pero si tiene el colesterol elevado deben consumir leche descremada. En el caso de los niños, esto va depender del control pediátrico”, enfatiza Schifferli. ¿Pero cuál es la diferencia entre estos tres tipos de leche? El contenido de materia grasa de la leche entera es de 26 a 31%. La semidescre­mada tiene hasta un máximo de 18% y la descremada 0%. “Esa grasa aporta diferentes ácidos grasos, que no son tan esenciales. Sin embargo, una vez que se le saca ese porcentaje de grasa, lamentable­mente también se eliminan las vitaminas que son liposolubl­es como la A, D,E y la K. Pero por la regulación chilena, las industrias que producen leche deben añadírsela­s cuando eliminan su grasa”, expresa la nutricioni­sta.

Alta en calcio y cultivada

Es cierto que la leche es una excelente fuente de calcio, pero también existe una alternativ­a que contiene un mayor aporte de este mineral, esta es la leche alta en calcio. La académica de la Universida­d de la Frontera, recomienda que sea consumida por embarazada­s, mujeres en periodo de lactancia, adultos mayores y quienes tienen una disminució­n en su masa mineral ósea, como la osteopenia. Asimismo, las personas con un estado nutriciona­l normal también pueden consumirla.

La leche cultivada también tiene beneficios importante­s para organismo, ya que según comenta la especialis­ta en nutrición, “tiene distintas cepas de probiótico­s que tienen como función general mejorar el función inmune o favorecer el tránsito intestinal, generalmen­te. La única contraindi­cación es que las personas con diabetes elijan las que son sin azúcar. En cuanto a quienes deseen mejorar el tránsito intestinal, yo aconsejo que consuman dos porciones diarias como mínimo y lo complement­en con fibra vegetal”.

Sin lactosa

Este tipo de leche está indicada para personas intolerant­es a la lactosa primordial­mente. Pero según recalca la académica, “las personas deben asegurarse que tengan intoleranc­ia a la lactosa, ya que nosotros nacemos con una cantidad muy alta de lactasa, que es una enzima que puede desdo- blar la lactosa, y es normal que a medida que vayamos envejecien­do disminuyam­os la cantidad de esa enzima. Es muy importante que las personas no dejen de tomar leche común y corriente, de lo contrario, esta enzima no se va a producir y van a generar una intoleranc­ia a la lactosa”.

Hay que recalcar que las denominada­s ´leches vegetales´ no son leche, ya que un lácteo solo es un producto de origen animal. Antes de cambiar la leche de vaca por este tipo de bebidas, debe consultar con un especialis­ta, porque no se puede igualar la concentrac­ión de nutrientes respecto de la leche de vaca. Los niños hasta los cinco años deben tomar leche de vaca, y si tienen alguna indicación médica solo el experto tratante puede darle alguna leche especializ­ada acorde a su condición”. IIngrid Schifferil, nutricioni­sta, MsC. Biológicas mención Nutrición y académica del Departamen­to de Salud Pública de la Universida­d de la Frontera.

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