El rol de los aminoácidos
Los aminoácidos de cadena ramificada y la Glutamina son los encargados de reparar el tejido muscular, por lo que deben ser incorporados en la dieta de quienes practiquen deportes de alta intensidad.
La Organización Mundial de la Salud recomienda que la ingesta mínima de proteínas es de 0,8 gramos por cada kilogramo de peso al día, proporción que aumenta a 1,2-2,0 en personas activas. Este tipo de alimentos es fundamental en la dieta, ya que las proteínas están compuestas por aminoácidos que, mediante enlaces peptídicos, se unen formando una cadena de mayor o menor longitud según las características de la proteína que constituirán.
En el caso de los deportistas, la atención debe estar en el consumo de aquellos encargados de la recuperación muscular: BCAA y Glutamina. Los primeros reciben su nombre por el significado de sus siglas en inglés (branched-chain aminoácidos) y corresponden a los aminoácidos de cadena ramificada (Leucina, Isoleucina y Valina). “Son los encargados de producir la reparación del tejido muscular, la creación de masa muscular y la incrementación de resistencia. Estos son aminoácidos esenciales, es decir, el organismo no es capaz de sintetizarlos, por lo que es necesaria su ingesta a través de proteínas y la suplementación necesaria de acuerdo al tipo de actividad deportiva. Son absorbidos directamente en el tejido muscular”, explica la kinesióloga María José Burastero.
En el caso de la Glutamina, su rol es todavía más importante, ya que es el encargado de reducir el estrés oxidativo (acumulación excesiva de radicales libres) del músculo. “Es el aminoácido reparador por excelencia. Y aunque es un aminoácido no esencial, en situaciones de entrenamiento de alta intensidad se considera semi-esencial, ya que se necesita un aporte externo en forma de suplemento alimenticio debido a que el organismo sintetiza pequeñas cantidades de Glutamina que son insuficientes para la reparación muscular en ese tipo de entrenamiento”, agrega Burastero.
Esta recomendación apunta a quienes practiquen deportes de alta intensidad, dado que este tipo de entrenamiento daña las fibras musculares, las que necesitarán de dichos nutrientes para recuperarse. Los mismos corresponden a aquellos entrenamientos donde el ritmo cardíaco se eleva 75% por sobre el ritmo habitual, posibilitando así la quema de calorías y el aceleramiento de los procesos metabólicos del organismo.