Claves para la integración
Se han identficado cinco factores que resultan primordiales para cualquier actividad de una empresa.
• Cambio climático: las empresas tienen un rol esencial en la agenda de mitigación (disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero) y en la de adaptación (tomar las medidas necesarias para que los fenómenos climáticos como diluvios y sequías no afecten el acceso a bienes y servicios básicos, en especial de los sectores más pobres de la sociedad).
• Trazabilidad de la cadena de valor: como país inserto en el comercio global, es fundamental establecer procesos que minimicen la posibilidad de estar comprando insumos, bienes y servicios en cuya producción se haya vulnerado derechos humanos. En sentido positivo, la agenda de comercio justo y negocios inclusivos le da a la empresa un rol esencial en la restitución de derechos.
• Discriminación laboral: hablamos de evitar la discriminación de cualquier tipo, pero también de jugar un papel de integración socioeconómica de grupos marginados por prejuicios culturales: personas con discapacidad, migrantes, pueblos originarios, adultos mayores, personas de diversas orientaciones sexuales, etc.
• Derechos Humanos en el territorio: las actividades altamente “invasivas” por impacto ambiental o extensión geográfica (minería, salmones, industria forestal y agricultura) cumplen un rol determinante en el respeto de derechos humanos en los territorios, tanto por las opciones tecnológicas y de intervención física, como por las políticas que impactan en el empleo local y en la provisión de bienes públicos.
• Relaciones Laborales: las empresas inciden directamente en la aplicación del principio de “libertad de asociación y la libertad sindical y del reconocimiento efectivo de la negociación colectiva” consagrado en la carta de derechos humanos. Pero además, al promover una adecuada relación con los sindicatos, la empresa activa un mecanismo que puede ser altamente efectivo para identificar, corregir y reparar situaciones de vulneración de derechos.