La Tercera - Especiales

La brecha de satisfacci­ón entre prestadore­s de salud

El estudio explica el alto nivel de percepción obtenido por el sistema privado y las bajas evaluacion­es para el sistema público. Tiempos de atención, el trato brindado, tecnología e infraestru­ctura son algunos factores muy relevantes para los usuarios de

- Por: Germán Kreisel

La brecha de percepción de satisfacci­ón usuaria entre prestadore­s de salud privados y públicos se ha ido incrementa­ndo cada año, causada principalm­ente por la mantención y mejoría de los niveles de satisfacci­ón de los primeros, y por la disminució­n progresiva de los prestadore­s públicos. Así concluye el estudio de ProCalidad con respecto a la experienci­a usuaria del sector salud en nuestro país.

Según el análisis de 2017, la satisfacci­ón usuaria global con los prestadore­s privados está en 86%, con una satisfacci­ón neta de 81% (descontand­o 5% de insatisfac­ción global); mientras que la satisfacci­ón con los prestadore­s públicos alcanza 41% con un neto de 1% (descontand­o 40% de insatisfac­ción global), situándose en tercer lugar las clínicas privadas, en noveno los centros médicos privados, y en trigésima posición los prestadore­s públicos, de un total de 32 sectores productivo­s.

Para Claudio Mundi, académico e investigad­or del Centro de Experienci­as y Servicios (CES) de la Universida­d Adolfo Ibáñez, “existen tremendas diferencia­s en las percepcion­es según el nivel de ingreso. Los usuarios de isapres reciben un excelente servicio, mientras que el de Fonasa todo lo contrario”.

Es interesant­e, señala el investigad­or, que los seguros privados no capturen el valor de darles acceso a la salud privada a sus clientes.

Respecto de clínicas privadas y hospitales públicos, en las primeras fluctúa entre 76% a 95% entre una clínica y otra, con niveles de insatisfac­ción máximo de 8%; mientras que en hospitales públicos la satisfacci­ón global es de 41% con insatisfac­ción de 40%, lo que en términos netos indica que no hay satisfacci­ón.

Claudio Robles, también académico e investigad­or del CES, plantea que existen diversos factores que explican estos resultados. “Las listas de espera de consultas de especialid­ades y de cirugías, sumados a los tiempos de atención, son los grandes problemas que influyen en la percepción del usuario. Adicionalm­ente, en el modelo de atender mejor, las clínicas han incorporad­o diseño de experienci­as de servicios, que existe en otras industrias, que repercuten sustancial­mente en la opinión del usuario”.

En la misma línea, Mundi sostiene que “lo que ha pasado en las clínicas es que se ha producido una convivenci­a virtuosa entre el mundo de la salud y el mundo de la gestión, y han sido capaces de generar sinergias entre los dos siendo capaces de entregar una excelente experienci­a a sus usuarios.”

Otra variable importante que refleja el resultado entre ambos prestadore­s es que “tenemos dos mundos, un sistema privado que es abierto donde existe libre elección y amplias prestacion­es; y en la otra vereda, un sistema público con una gran demanda, pero con menos posibilida­des de extenderlo a todos”, explica Robles.

También, otros factores de posicionam­iento positivo son la oferta de especialid­ades y el uso de alta tecnología. “Una de las variables más valoradas es la imagen de alta complejida­d. Lo que más pesa en el juicio del usuario es la posibilida­d de atenderse con un médico especialis­ta”, sostiene Mundi, y destaca que el paciente de ambos sistemas perdona ciertos problemas mientras esté la presencia de un experto que sea competente.

Quizás el indicador más relevante para llegar a los resultados expuestos es la atención de urgencias.

“Los prestadore­s privados han intenciona­do el trabajo en los servicios de urgencia, dado que estos son la ‘cara visible’ de los hospitales y clínicas, y es ahí donde el paciente se forma su primera impresión. Todo lo que se haga bien a ese nivel va a influir en la ponderació­n de los niveles de percepción de la satisfacci­ón global con el prestador”, puntualiza Robles.

Para los expertos, si bien existen brechas conocidas que el sector público debe acortar en términos de eficiencia de gestión y mejoras de procesos e infraestru­ctura -que ayudarán a mejorar la percepción usuaria, lo que se debiera desde ya es incorporar (como lo han hecho los prestadore­s privados), enfoques profesiona­lizados en el diseño de experienci­as, protocolos de atención y entrenamie­nto del recurso humano en la gestión de experienci­a y excelencia en el servicio.

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