La minería chilena al 2030: análisis, perspectivas, metas.
En medio de un complejo contexto mundial de proyectos detenidos, para los próximos años se espera que la demanda por el cobre continúe su aumento y permita con ello el incremento de este sector en el PIB de Chile.
Durante el primer trimestre de 2017, la minería chilena experimentó un aumento en sus exportaciones equivalente a 538,8 millones de dólares respecto al mismo periodo del año pasado. Este incremento le hace encabezar el comercio exterior de Chile con el 7,4% de crecimiento, según datos entregados por el Banco Central. “El crecimiento de la minería en los últimos años ha estado marcado por el tema de precios -desde 2003- y el desarrollo de proyectos, pero no por un incremento en la producción”, explica Jorge Cantallopts, director de estudios y políticas públicas de la Comisión Chilena del Cobre, Cochilco.
“Entre los factores que definen el actual panorama de la minería del cobre podemos destacar: el precio, que hoy vuelve a bordear los U$ 3 la libra.; una producción estancada en 5,6 millones de toneladas anuales; y los costos de producción, que si bien revirtieron la tendencia al alza de años anteriores, no han logrado volver a situarse por debajo de los costos de otros países mineros”, complementa Joaquín Villarino, presidente ejecutivo del Consejo Minero.
Pese a los factores adversos, para Cantallopts el sector continuará aumentando su participación en el PIB, gracias al mejoramiento de las condiciones de mercado proyectadas para los próximos años: “Hay un increíble potencial geológico para seguir creciendo y las condiciones de mercado seguramente van a ser mejores que las que hemos tenido los últimos tres años. Por lo tanto, van a estar esas dos variables. Las que pueden mejorar y que dependen de la política pública son el incremento en la productividad, la incorporación de más tecnología y la mayor vinculación entre la academia y las compañías mineras, con foco en el desarrollo de tecnologías para reducir los costos y hacerlos más atractivos”.
Crecimiento
La situación actual de la minería de Chile se relaciona con el contexto mundial, donde gran parte de los nuevos proyectos han sido frenados. Pero de todas maneras, el especialista de Cochilco considera importante analizar el panorama local en su particularidad para ver cómo se puede mejorar. “Por un lado, están las condiciones de mercado y, por el otro, está el tema de gobernanza e institucionalidad, que son reales. La comunidad requiere una mayor participación, debe ser más activa y las empresas mineras lo deben ver así. Un proyecto minero que llega y se implementa sin participación comunitaria, va condenado al fracaso. Y por otro lado, institucionalmente en el tema de permisos tenemos que ser mucho más eficientes como Estado en reducir los tiempos y la cantidad de trámites para facilitar la inversión -que debe cumplir con todos los estándares”, agrega Cantallopts.
En esta misma línea, para Villarino el camino de la minería nacional para conseguir un aumento del aporte al PIB, a los ingresos fiscales, al empleo y exportaciones, es considerar los factores mencionados y tomar en cuenta además las perspectivas de crecimiento del precio del metal: “A mediano y largo plazo, van a ser determinantes para el desarrollo de la industria, las acciones que adoptemos a nivel país y de las empresas”.
El ejecutivo también destaca el potencial geológico de Chile, donde el país se ubica como el principal productor de cobre del mundo, con 28% de participación en la producción total y 29% de las reservas mundiales. “La industria minera chilena se ha desarrollado con estándares de clase mundial, lo que representa un atractivo en sí. Esta ostenta la tasa de accidentabilidad más baja por actividad económica, siendo un referente en esta materia para otros sectores. Destaca también en lo que es el desarrollo de competencias laborales. A través del Consejo de Competencias Mineras se ha trabajado en alinear la oferta formativa con la demanda de la industria con el fin de tener trabajadores más capacitados y formados en función de los requerimientos de las empresas. Este es un esfuerzo colecti- vo cuyo éxito está en el compromiso adquirido por parte del sector público, el mundo privado y el formativo”, agrega Villarino.
En cuanto a las proyecciones a 2024 y 2030, en Cochilco creen que en los próximos años la demanda del cobre va a crecer en promedio 1 o 2% cada año. “Esto significa más de 250 mil o hasta 500 mil toneladas de cobre adicional cada año, lo que es muchísimo cobre nuevo que se va a necesitar todos los años. Esto, en un escenario relativamente conservador de lo que se refiere a la incorporación de energías renovables no convencionales y de vehículos eléctricos en el mundo. Si esto se acelera, la demanda puede ser aún todavía mayor. La cuestión no es la demanda sino la oferta y es ahí donde el tema político es mucho más relevante”, explica Cantallopts.
2017 durante el primer trimestre de 2017, Chile exportó 7.066,9 millones de dólares de cobre y hierro, según cifras del Banco Central.