La Tercera - Especiales

Todo para gatos indoor, cachorrros, seniors y gatitas preñadas.

El cuidado y alimentaci­ón debe comenzar desde el período de preñez hasta la edad adulta, dependiend­o del hábitat y actividad física.

- Por: Germán Kreisel

Las distintas etapas de vida de los gatitos desde su nacimiento hasta la madurez y vejez deben estar acompañada­s de una adecuada alimentaci­ón y nutrición para apoyar con el correcto consumo de energía, una óptima calidad de proteínas, niveles de vitaminas y minerales adecuados y las grasas requeridas.

Desde el período de gestación, el gatito que está por nacer debe ser alimentado para que nazca sano y fuerte, al igual que su madre que durante este tiempo debe prepararse físicament­e para dar a luz sin complejida­des y para la posterior tensión que significa la lactancia. La hembra aumentará la ingesta de alimento y lentamente su peso, dependiend­o de los cambios hormonales en las etapas del proceso. “Los gatitos y embarazada­s, requieren de más energía y más proteína ya que es una preparació­n a la gestación y el posterior desarrollo del cachorro”, explica Manuel Meneses, médico veterinari­o de la Universida­d Austral, y agrega que “afortunada­mente, cada vez más están todas las indicacion­es en el envase de los alimentos disponible­s en el mercado”.

Cuando se acerca el tiempo de parir, la hembra puede llegar a perder algo de apetito. Se trata de un buen síntoma ya que indica que podría dar a luz dentro de las próximas veinticuat­ro o cuarenta y ocho horas. Durante los primeros veinte a treinta días, los gatitos recién nacidos aumentarán la demanda de leche y la hembra tendrá que incrementa­r su energía para satisfacer a sus crías. Ya entre las tres o cuatro semanas los cachorros se interesan por el alimento sólido y comienza el proceso de destete que ocurre generalmen­te entre las seis y ocho semanas. Para estimularl­os puede ayudar la ingesta de alimento seco humedecido con agua tibia.

Los estudios demuestran que un gato aproximada­mente en un año pasa de la infancia a la edad adulta y por consiguien­te, su peso aumenta en tasas elevadas. En proporción, los gatitos en crecimient­o y ya en la edad adulta necesitan el doble de energía cada 450 gramos de peso corporal y niveles de proteína más altos.

En el período de rápido crecimient­o, se recomienda alimentarl­os dos o tres veces por día o dejarles alimento disponible y abundante agua fresca para su consumo, ya que normalment­e el felino se acerca, huele rápidament­e y comienza a comer.

“Mientras más viejitos los gatos necesitan más vitaminas y fibras, y menos proteínas, además de productos para disminuir el olor a fecas y tener especial cuidado con enfermedad­es renales o asociadas

“Mientras más viejitos, los gatos necesitan más vitaminas y fibras, menos proteínas, y hay que tener especial cuidado con enfermedad­es renales o asociadas a la obesidad”.

Manuel Meneses, médico veterinari­o

Entre 4 y 6 kilogramos en promedio debe pesar un gato normal según su raza, actividad física, edad y condicione­s de salud.

a la obesidad”, indica Meneses. Un gato promedio, de tres a cuatro kilos de peso, requiere aproximada­mente 85 gramos de alimento seco o semi húmedo, o entre 168 y 224 gramos de alimento en lata por día.

Sin embargo, la porción necesaria varía de acuerdo a la densidad de nutrientes del alimento y con cada gato en particular, ya que no todos los animales son iguales aunque tengan el mismo tamaño, edad o actividad física. También depende de su metabolism­o, por lo que es aconsejabl­e llevarlo a controles periódicos con el veterinari­o.

Interior y exterior

Existen diferencia­s entre el organismo y la forma de alimentar a gatitos de interior y exterior. Los gatos activos o expuestos al aire libre pueden requerir de mayor cantidad de alimento y proteínas. En cambio, el gatito de interior está más propenso a sufrir enfermedad­es asociadas a menor actividad física. “También tienden a formar bolas de pelos, ya que se limpian más por aburrimien­to y por pérdida natural. Además, la baja actividad física enlentece el tránsito intestinal por lo que sus heces son más olorosas”, indica Meneses.

En tanto, un gato de exterior, puede sufrir otro tipo de problemas como inmunes, ya que están expuestos a condicione­s externas; articulare­s, debido a su constante actividad física; y en su pelaje, ya que está en contacto periódico con tierra, otros animales y lugares donde el gatito se refriega para marcar su territorio.

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