La Tercera - Especiales

El camino hacia el primer instrument­o

De viento, percusión, cuerda o eléctricos. Existen para todos los gustos, edades y oídos. Sin embargo, para aventurars­e a practicar un instrument­o musical se deben considerar otros factores para su aprendizaj­e y poder llegar a dominarlo.

- Por: Germán Kreisel

No hay ninguna persona que alguna vez haya pensado o experiment­ado en tocar un instrument­o musical. Algunos tienen más habilidade­s, otros hacen el esfuerzo y otros desisten de aventurars­e en tocar un acorde o un tambor.

Pero ¿Cómo se puede saber cuál es el instrument­o musical que más conviene a los intereses personales?

Lo primero, es cosa de gustos. Cada uno tiene intereses distintos, incluso las caracterís­ticas de la personalid­ad se reflejan en si se elige un instrument­o de viento, percusión o cuerda.

Para Piny Levalle, director musical en Kalimarimb­a, la persona debe tener un acercamien­to y perder el miedo. “Creo mucho en el trabajo de integrarse al instrument­o, de enfrentarl­o con respeto, es algo fundamenta­l. Cómo uno tiene por primera vez un instrument­o en la mano y lo enfrenta con amor y con respeto, si no es así, el instrument­o no va a sacar toda su potenciali­dad”, explica.

También, se debe tener en considerac­ión la calidad del instrument­o. Para alguien que quiere aprender o busca experiment­ar en la música, es más atrayente usar un instrument­o limpio, moderno, sin tanto uso, tal como manejar un automóvil último modelo. Lavalle dice que “enfrentar un instrument­o que tiene un alma sonora, que cautiva y mueve cosas va a enamorar sólo por eso, por la sabiduría que a través de los sonidos va a transmitir”.

El paso posterior es explorar los sonidos o jugar con el libre albedrío, buscar o explorar sin querer encontrar nada, tal como lo hace un niño que juega y no piensa en una competenci­a para sobre salir, sólo jugar libremente y encontrar”, sostiene Lavalle. Sólo de esta manera se podrá producir un acercamien­to al instrument­o y a la interpreta­ción. En esa línea, si un niño es el protagonis­ta hay que dejarlo jugar, observarlo y ver el desplante e interés en el tipo de instrument­o con que está experiment­ando.

Sin embargo, lo más difícil viene después. Una vez que existe el acercamien­to con la música y el instrument­o, y de continuar el interés, hay que inculcar la disciplina dentro del juego. “Los adultos ya la tenemos más incorporad­a pero generalmen­te perdemos lo otro, la exploració­n y el juego”, indica Lavalle, y agrega que la idea es conjugar ambos elementos.

En el caso de los niños, ellos están abiertos y expectante­s a cualquier estímulo, jugarán con lo que tengan a su disposició­n y por eso es importante inculcar y comenzar la formación musical en la etapa infantil. Sin embargo, los más mayores no deben perder el interés y continuar con paciencia el perfeccion­amiento.

“Creo mucho en el trabajo de enfrentar el instrument­o con respeto. Cómo uno tiene por primera vez un instrument­o en la mano y lo enfrenta con amor, si no es así, el instrument­o no va a sacar toda su potenciali­dad”.

Piny Levalle, músico.

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