El camino hacia el primer instrumento
De viento, percusión, cuerda o eléctricos. Existen para todos los gustos, edades y oídos. Sin embargo, para aventurarse a practicar un instrumento musical se deben considerar otros factores para su aprendizaje y poder llegar a dominarlo.
No hay ninguna persona que alguna vez haya pensado o experimentado en tocar un instrumento musical. Algunos tienen más habilidades, otros hacen el esfuerzo y otros desisten de aventurarse en tocar un acorde o un tambor.
Pero ¿Cómo se puede saber cuál es el instrumento musical que más conviene a los intereses personales?
Lo primero, es cosa de gustos. Cada uno tiene intereses distintos, incluso las características de la personalidad se reflejan en si se elige un instrumento de viento, percusión o cuerda.
Para Piny Levalle, director musical en Kalimarimba, la persona debe tener un acercamiento y perder el miedo. “Creo mucho en el trabajo de integrarse al instrumento, de enfrentarlo con respeto, es algo fundamental. Cómo uno tiene por primera vez un instrumento en la mano y lo enfrenta con amor y con respeto, si no es así, el instrumento no va a sacar toda su potencialidad”, explica.
También, se debe tener en consideración la calidad del instrumento. Para alguien que quiere aprender o busca experimentar en la música, es más atrayente usar un instrumento limpio, moderno, sin tanto uso, tal como manejar un automóvil último modelo. Lavalle dice que “enfrentar un instrumento que tiene un alma sonora, que cautiva y mueve cosas va a enamorar sólo por eso, por la sabiduría que a través de los sonidos va a transmitir”.
El paso posterior es explorar los sonidos o jugar con el libre albedrío, buscar o explorar sin querer encontrar nada, tal como lo hace un niño que juega y no piensa en una competencia para sobre salir, sólo jugar libremente y encontrar”, sostiene Lavalle. Sólo de esta manera se podrá producir un acercamiento al instrumento y a la interpretación. En esa línea, si un niño es el protagonista hay que dejarlo jugar, observarlo y ver el desplante e interés en el tipo de instrumento con que está experimentando.
Sin embargo, lo más difícil viene después. Una vez que existe el acercamiento con la música y el instrumento, y de continuar el interés, hay que inculcar la disciplina dentro del juego. “Los adultos ya la tenemos más incorporada pero generalmente perdemos lo otro, la exploración y el juego”, indica Lavalle, y agrega que la idea es conjugar ambos elementos.
En el caso de los niños, ellos están abiertos y expectantes a cualquier estímulo, jugarán con lo que tengan a su disposición y por eso es importante inculcar y comenzar la formación musical en la etapa infantil. Sin embargo, los más mayores no deben perder el interés y continuar con paciencia el perfeccionamiento.
“Creo mucho en el trabajo de enfrentar el instrumento con respeto. Cómo uno tiene por primera vez un instrumento en la mano y lo enfrenta con amor, si no es así, el instrumento no va a sacar toda su potencialidad”.
Piny Levalle, músico.