El rol de las empresas
El uso de energías renovables no convencionales y la aplicación de una mirada transversal de sustentabilidad son algunas de las acciones con las que el mundo empresarial puede disminuir su impacto.
Según datos del último Índice de Riesgo Climático Global, elaborado por la organización alemana Germanwatch, al finalizar el año pasado se incluyó por primera vez a Chile dentro de los 10 países más golpeados por eventos meteorológicos asociados a este fenómeno durante el 2015. La información, entregada en el marco de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP22), realizada en Marruecos, no debe ser tomada a la ligera, pues debido a los 11 mil eventos meteorológicos severos que ha sufrido el planeta entre 1996 y el 2015, se calcula han muerto unas 528.000 personas. Además, los costos asociados a estos eventos se calculan en 3.000 millones de dólares.
Ante este escenario, no basta con la institucionalidad ambiental impulsada por el Estado, sino que es fundamental el rol de los privados en la toma de medidas para reducir al máximo el impacto en el planeta. “Hace cinco años atrás era normal que las empresas sólo realizaran acciones mínimas para cumplir con el marco normativo y regulatorio; ahora cada vez más se pueden encontrar ejemplos, sobre todo en empresas multinacionales, que incorporan la sustentabilidad como criterio transversal en las actividades y procesos de su cadena de valor, y en el caso de las nuevas, desde sus modelos de negocio”, explica al respecto Marcela Godoy, presidenta de la Asociación de Consumidores Sustentables AdC Circular.
Entre algunas de las acciones que las empresas pueden incorporar, la especialista destaca el uso de energías renovables, la implementación de sistemas de eficiencia energética e hídrica, la gestión de residuos hasta la evaluación y mitigación de la huella de carbono producto de sus actividades. “Las empresas que entienden que el cambio climático es un problema real, y realizan acciones tienen como beneficio un menor costo de operaciones, productos más posicionados, mayor productividad y eficiencia y pueden usar estas estrategias ambientales como una ventaja competitiva”, agrega Godoy.
Empresas B
Una de las principales innovaciones del mundo privado es la aparición de este modelo de empresas, que apuestan por un nuevo paradigma.
Las llamadas B Corporation, se tratan de empresas que buscan a partir de su participación en el mercado, dar soluciones concretas a problemas sociales y ambientales. Para ser llamadas así, deben certificarse como tales, ya que toda Empresa B opera bajo altos estándares de transparencia y con una filosofía que no sólo busca obtener ganancias para sus accionistas, sino también incluye los intereses a corto y largo plazo de la comunidad y el medio ambiente, además de sus colaboradores, proveedores y clientes.
“No hay opción frente al escenario actual más que el uso de energías renovables no convencionales, ya que se deben disminuir las emisiones de GEI”. Marcela Godoy, presidenta AdC Circular.