Actitud positiva
El ingreso a la universidad es una nueva experiencia que implica asumir responsabilidades, desafíos y también formar nuevas amistades o redes de contacto. Un nuevo escenario que puede provocar ansias o estrés y frente al cual se debe adoptar una actitud o
Aprende a tener una actitud favorable frente los desafíos.
Para algunos jóvenes, la experiencia de postular a la universidad e iniciar la educación superior pueden ser factores gatillantes de estrés, o bien de ansias que de no ser bien canalizadas pueden afectar su equilibrio emocional.
Es que el ingreso a la universidad marca una nueva etapa en los adolescentes que aún no han completado su pleno desarrollo y paso a la adultez. “Este proceso conlleva maduración desde lo físico, emocional y económico. Además, el someterse a una prueba (PSU) que de alguna manera determinará su futuro podría gatillar estados ansiosos frente a sus propias expectativas y a la de sus padres que pueden servir de amortiguador o exacerbados de estos estados”, advierte la dra. Andrea Aguirre, psiquiatra infanto-juvenil de Clínica Universidad de los Andes.
Según la profesional, estos cuadros incluso pueden somatizarse o derivar en algún trastorno, ya que “muchos no se sienten preparados y pueden colapsar ante la presión ambiental y presentar desde síntomas aislados hasta un trastorno emocional”. Manejo del estrés
Para poder manejar o disminuir el estrés, dice la doctora Aguirre, es importante tener el apoyo de un adulto que traspase su experiencia y tranquilidad, pudiendo tener una visión moderada y no absoluta del paso de la vida escolar a la universitaria.
Incluso esta actitud equilibrada es oportuna ante escenarios no esperados, como un puntaje insuficiente o no acceder a una carrera o plantel esperado. “Pensar que son procesos, etapas y que siempre habrá una segunda oportunidad. Ponerse en todos los escenarios posibles también ayuda. ‘¿Qué es lo peor que me pueda pasar? Que me vaya mal y tenga que rendir la prueba de nuevo, que no quede en la universidad que quiero, etc’ . Al imaginarse estas situaciones y posibles respuestas y soluciones baja la ansiedad”, afirma la psiquiatra de la Clínica Universidad de los Andes.
No pensar a largo plazo, sino en los desafíos inmediatos es una disposición mental, que puede ayudar a controlar las ansias y el estrés, así como también la práctica de rutinas deportivas, “cualquier ejercicio físico es un factor protector, nos hace liberar endorfinas que nos relajan y suben al ánimo, además de reducir el estrés”, asegura la doctora Aguirre. Actitud positiva
¿Una actitud positiva ayuda al logro de objetivos o a enfrentar escenarios adversos? “Por supuesto. Una actitud positiva mantiene canales más abiertos para poder contactar con otros, hacer amigos que están en la misma situación y exigencias sociales y académicas. Compartir experiencias, apoyarse en los estudios y en lo emocional sirve para disminuir el estrés”, asegura la profesional.
“Una actitud positiva mantiene canales más abiertos para poder contactar con otros, hacer amigos que están en la misma situación y exigencias sociales y académicas”. Dra. Andrea Aguirre, psiquiatra Infanto-Juvenil de Clínica Universidad de los Andes.