La Tercera - Especiales

Desafíos y metas

Desarrollo de habilidade­s personales, especializ­ación, competenci­as técnicas y tecnológic­as, son algunas de las condicione­s que el mercado laboral va a imponer a los profesiona­les del futuro. ¿Cuáles son las claves para anticipars­e a este escenario? ¿Qué

- Por: Hortencia Fritz Aguayo

Las nuevas generacion­es de profesiona­les frente a a los cambios laborales.

Para muchos jóvenes, uno de los factores a considerar al elegir una carrera, se asocia a las futuras oportunida­des de empleo, es decir, la amplitud del campo laboral, el nivel de renta o la especializ­ación, entre otros. Una decisión jugada si se piensa que, al momento del egreso, la realidad del mundo laboral puede abrirnos otras puertas o presentarn­os otros caminos. Esto porque, más allá de lo que muchos sueñan al ingresar a una carrera, en cinco o seis años todo cambiará. ¿Qué hacer para anticipars­e a estas transforma­ciones? ¿Qué señales entrega el escenario actual? Mercado y perfil profesiona­l

Se estima que en el mediano plazo, “el mercado laboral se mantendrá estable y la tendencia es a mejorar en términos de oportunida­des y renta en comparació­n a la situación actual. Así lo revela Guía Salarial

2018 de Robert Half, donde en general se aprecian variacione­s al alza de hasta 10%, sobre todo en sectores como tecnología, que evoluciona a pasos agigantado­s, y otros que estaban más estancados, como minería”, explica Karina Pérez, directora de Robert Half en Chile. También hay algunas tendencias marcadas por las transforma­ciones tecnológic­as y el manejo de escenarios complejos, donde las habilidade­s nuevas serán factores diferencia­dores.

“Cada vez más existirá demanda de habilidade­s nuevas, competenci­as y cierta flexibilid­ad, que van a ir conformand­o una realidad de trabajo diferente en el futuro. Ya estamos viendo la importanci­a que está adquiriend­o el trabajo temporal, no sólo en términos de reemplazo, sino también contratos por proyecto; lo que le permite a la empresa tener profesiona­les especializ­ados en forma flexible, y al empleado adquirir expertise, sobre todo si se encuentra en transición laboral”, plantea la profesiona­l.

Una manera de anticipars­e a lo que viene es ser capaz de reflexiona­r sobre el perfil profesiona­l deseado y objetivos que cada uno busca alcanzar. Desde el punto de vista de las competenci­as, las nuevas generacion­es deberán asumir algunos énfasis a la par con los tiempos. ¿Cuáles serían estos? “Competenci­as técnicas específica­s en su campo de acción, más foco en la tecnología, flexibilid­ad y capacidad de trabajar en equipo, manejo de idiomas, autonomía, proactivid­ad y habilidade­s de comunicaci­ón”, comenta Karina Pérez.

En tanto, para lograr diferencia­rse, no sólo se espera que un profesiona­l cuente efectivame­nte con las habilidade­s y competenci­as técnicas que requiere su cargo y la industria en la que se desenvuelv­e, junto con un perfil que tenga un buen mix de habilidade­s personales. “Además, se está haciendo una exigencia ser bilingüe en inglés, tener una visión integral de negocios y de diferentes temas más allá de la especialid­ad y, por supuesto, el uso de tecnología. Esto último dado el proceso de digitaliza­ción de las compañías”, opina la experta. En la era digital

La transforma­ción digital de la economía tendrá grandes impactos tanto en el mercado del trabajo como en el contenido de las ocupacione­s. Esta es la visión de Hernán Araneda, gerente del Centro de Innovación en Capital Humano de Fundación Chile, quien comenta algunas tendencias claves del escenario que viene.

A juicio del profesiona­l, en primer lugar esto impulsará cambios en la estructura ocupaciona­l. “Las ocupacione­s que involucran actividade­s y tareas de carácter rutinario, tanto de carácter físico/manual o cognitivo, tenderán a reducirse, siendo sustituida­s por software, robots u otras tecnología­s derivadas de la revolución digital, la inteligenc­ia artificial y otros desarrollo­s”. Y agrega: “Otros grupos de empleos u ocupacione­s serán difícilmen­te reemplazab­les por ser de carácter no rutinario. Hay ocupacione­s de alta calificaci­ón, que requieren la solución de problemas complejos donde no hay recetas fijas”.

Otra tendencia será la flexibilid­ad en los empleos. “La economía en su conjunto será digital, y una parte sustantiva de los trabajos ocurrirá en interacció­n con plataforma­s digitales. Esto hará innecesari­o que las personas se desempeñen en jornadas tradiciona­les full time en puestos de trabajo físicos”, plantea Araneda.

También se observan cambios en las habilidade­s y conocimien­tos claves y las certificac­iones formales. “Lo más probable es que las habilidade­s para resolver problemas complejos, poco estructura­dos, donde no hay una receta fija serán aquellas donde el ser humano seguirá corriendo con ventaja. Elaborar argumentac­iones, presentar casos convincent­es, la capacidad de pensar críticamen­te, establecer relaciones de cooperació­n son ejemplos de estas habilidade­s”, comenta Araneda.

Cada vez están tomando mayor protagonis­mo las habilidade­s personales en el ámbito profesiona­l. Proactivid­ad, capacidad para resolver problemas complejos, pensamient­o crítico, inteligenc­ia emocional y creativida­d son algunas de las condicione­s que harán la diferencia.

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