Desarrollo de gran envergadura
Sus particulares características en cuanto a emplazamiento, dimensiones, volúmenes de obra y calidad de los materiales lo califican como un megaproyecto y de los más imponentes que se hayan ejecutado en nuestro país.
Con una inversión estimada de US$ 740 millones, en febrero pasado se dio inicio a la construcción del Puente sobre el Canal Chacao para unir la isla grande de Chiloé con el continente en un trayecto aproximado de tres minutos.
Después de tres años de estudios de ingeniería y pruebas, la jornada marcó un hito. Las autoridades recorrieron la zona de faenas que realiza la plataforma Jack Up Pionner III en el Canal de Chacao, ocasión en la que el equipo técnico de la empresa coreana que construirá el puente recibió los planos del emplazamiento y los participantes celebraron el inicio de las obras.
El puente sobre el Canal Chacao es la obra de mayor envergadura en diseño y construcción desarrollada bajo la modalidad de con- tratación tradicional a través de la Dirección de Vialidad del Ministerio de Obras Públicas.
Se emplaza en la Punta se San Gallán, donde el Canal de Chacao tiene un ancho de 2,5 km y su extensión alcanzará 2,75 km. La inversión, además de la edificación, considera los accesos inmediatos a la estructura y viales para empalmar con la Ruta 5, y la asesoría a la inspección fiscal del contrato de diseño y construcción.
El inicio de las obras considera la construcción de 36 pilotes de hormigón armado con acero, parte de los cimientos de la pila central de la estructura ubicada en la Roca Remolino, aproximadamente en medio del trayecto. Además de esta, el proyecto contempla la instalación de otras dos, siendo la pila norte la más alta, con 199 metros de altura.
Desafío a la ingeniería
Dentro del territorio nacional no se ha desarrollado en profundidad ni se cuenta con experiencia en esta clase de estructuras, por lo que su emplazamiento presenta una gran oportunidad de aprendizaje y crecimiento para la ingeniería chilena.
La Dirección de Vialidad del MOP cuenta con un equipo de profesionales que vela por el control y la gestión de calidad, la prevención de riesgos, el cuidado del medioambiente, el desarrollo de la ingeniería y la construcción de una obra de esta magnitud: “Vialidad ha debido abocarse a un proyecto que corresponde a un desafío de ingeniería en sí mismo y a un reto para el país, pues se trata del primer puente de este tipo en Chile y para el cual no existía un código único de diseño que englobara todos los aspectos de su estructura”, explican.
Se trata de un proyecto emplazado en un lugar particularmente complejo, comenta Sergio Contreras, director del Instituto de la Construcción: “Se encuentra en una zona sísmica y estará sometido a importantes cargas de viento (trombas marinas) y grandes corrientes, por lo que su diseño y construcción es un desafío a la especialidad”, sostiene.
La alta sismicidad de Chile, unida al escenario post terremoto de 2010, la presencia de la Falla del Golfo de Ancud y las características topográficas abruptas en el lugar de emplazamiento del puente, determinaron la necesidad de realizar estudios de riesgo sísmico probabilístico y determinístico para establecer la demanda sísmica en la fase de construcción y en el período de vida útil del puente. Para validar los datos, se realizó un estudio de sitio llevado a cabo con mediciones de ocho sismómetros y tres acelerógrafos emplazados en puntos estratégicos del terreno”, explican en el MOP.