LA EXPERIENCIA DE NUEVA ZELANDA
Nueva Zelanda tiene, históricamente, un gran compromiso con el desarrollo tecnológico minero, desde el boom del oro a fines del siglo XIX. Hoy, ese compromiso va de la mano con una minería sustentable y armónica con el medio ambiente y la sociedad. Para Rhianon Berry, agregada comercial de New Zealand Trade and Enterprise (NZTE), la agencia de desarrollo de negocios de la Embajada de Nueva Zelanda, la minería es una industria hi-tech que opera de manera segura y responsable, empleando gente altamente calificada. “Hemos entrado en la que se denomina la ‘Era de la tecnología minera’”.
La transición a una “economía más limpia” requerirá más minería, no menos, y el desafío ahora es multidisciplinario: “no solo implica trabajar a mayor profundidad y con menores grados de ley sino también gestionar los costos y responder a las expectativas crecientes de la sociedad en temas como la gestión ambiental. Todo este trabajo demanda cada vez mejores tecnologías”, dice Berry, quien da relevancia a la educación de primera línea en este sentido.
“Nueva Zelandia es líder mundial en la preparación de estudiantes para el futuro, de acuerdo a informes como el Worldwide Educating for the Future Index emitido por The Economist Intelligence Unit, el cual clasificó a Nueva Zelandia como la primera de 35 economías en el desarrollo de habilidades para el futuro. Esta posición en el ranking se debe a la colaboración entre industria y universidad, una malla curricular enfocada en las habilidades para el futuro y profesores de alta calificación. Un segundo informe, el World Economic Forum’s Global Human Capital Report 2017, clasificó a Nueva Zelandia como el séptimo de 130 países en preparación de personas para su futuro como trabajadores”, explica.