Tecnologías constructivas
La búsqueda de eficiencia energética y productividad en las obras de viviendas ha llevado al desarrollo de soluciones tecnológicas para esta industria.
Fue una de las tendencias clave de la reciente edición de ExpoEdifica 2017: las nuevas tecnologías constructivas tuvieron un bloque completo durante la actividad, donde destacó la tecnología y metodología de trabajo Building Construction Modeling (BIM). La misma permite diseñar, simular, construir y administrar una edificio o infraestructura de forma colaborativa en un espacio virtual. Ya que esta herramienta permite evaluar y validar cambios en un modelo digital en vez de en la obra, es posible alcanzar mayor productividad y eficiencia en el proceso de construcción.
Esta tecnología en nuestro país está siendo utilizada en conjunto con el sistema BauMax, proveniente de Alemania. Se trata de un sistema que produce los elementos de hormigón por medio de un robot, el que dimensiona según la información del modelo BIM, reduciendo al mínimo los errores. Su aplicación en proyectos inmobiliarios permite reducir costos y plazos de entrega, además de reducir el impacto ambiental de la obra.
Por su parte, el “External Insulation Finish System” (conocido como EIFS por sus siglas en inglés), es una tecnología que nace con la función de ahorrar el consumo de energía propia de la edificación, mediante un revestimiento de muro que se aplica solo por los paramentos exteriores, como envolvente.
“Hay tecnologías que pueden implementarse o desarrollarse en la construcción misma o conseguir sistemas que ya venden hechos, a menor costo, para que sean aplicados en el proceso de construcción”, explica Escobar.
Además de la elección de equipos de alta eficiencia energética, como electrodomésticos, iluminación y equipos electrónicosque cuenten con la clasificación A, por parte de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles, Tapia destaca otras tecnologías constructivas que optimizan recursos. “Si es posible, utilizar sistemas de generación de energía renovables, por ejemplo, subir la temperatura del agua que usamos en la ducha mediante paneles solares; eso reduce la cantidad de energía necesaria para poder calentar el agua. Con ello, ahorramos dinero y energía, ayudando a disminuir el impacto social en la generación de este recurso”, explica el académico.