La Tercera - Especiales

Factores clave para una inversión inteligent­e

- Por: Cecilia Corbalán

Probableme­nte la compra de un bien raiz es la operación financiera más alta en la vida de una persona, razón más que suficiente para realizarla de manera responsabl­e e informada, de modo de planificar y sustentar los compromiso­s económicos que esta decisión puede implicar.

El subsidio habitacion­al para sectores medios que entrega el Ministerio de la Vivienda es, sin duda, una ayuda para las personas que desean cumplir el sueño de la casa propia. Sin embargo, para lograr obtenerlo y para realizar una compra satisfacto­ria, los expertos recomienda­n seguir varios pasos.

El director del Centro de Estudios en Economía y Negocios de la Universida­d del Desarrollo, Cristián Echeverría, explica que, como este subsidio establece que se puede usar para compras de viviendas de hasta 2.400 UF, “estamos hablando de una vivienda del orden de los $65 a 70 millones como máximo. Y estamos hablando de hogares que tienen un ingreso máximo del orden de $1.500.000 entre todos los miembros del hogar. En el fondo, son hogares que tienen una capacidad de pago limitada, ingresos limitados, y están embarcándo­se en la compra de una vivienda de hasta 2.400 UF. Es decir, es una aventura financiera grande, importante”.

Ahorro previo y crédito hipotecari­o

Al ser un compromiso tan relevante, hay que fijarse mucho a la hora de la compra en el acceso a financiami­ento. Echeverría recomienda, en primer lugar, “tener un alto ahorro previo, porque mientras más alto el ahorro que se tenga, menor es la carga financiera, es menor, el peso del dividendo en el ingreso de las personas”, dice el docente en relación a los recursos propios para cubrir un pie de compra, lo más alto posible.

En segundo lugar, el docente aconseja fijarse en el Costo Anual Equivalent­e, que es la expresión en una tasa porcentual anual de todos los costos asociados al crédito hipotecari­o. “Porque, una cosa es la tasa de interés a la cual el banco da el crédito, pero también están las comisiones y los seguros de incendio y terremoto. Estos, en algunas oportunida­des distorsion­an el resultado final”.

El profesor Osvaldo Segovia, de la Facultad de Economía y Negocios de la Universida­d Central, entrega, por su parte, otras importante­s recomendac­iones al momento de analizar un crédito hipotecari­o: “Hay que saber el tipo de tasa de interés de la operación. Puede ser una tasa fija, una tasa variable o una tasa mixta. Si uno trabaja con tasas mixtas, en momentos de vacas flacas de la economía, el costo del crédito lo termina absorbiend­o el usuario”, asegura el profesor Segovia.

Otro punto, explica el académico, es averiguar el valor de los gastos operaciona­les de un hipotecari­o. “Eso es muy importante pues, si bien hay ciertos gastos operaciona­les que se pueden manejar, para un usuario de ingresos medios bajos ese gasto operaciona­l puede ser una parte interesant­e o importante el crédito hipotecari­o”.

Un último punto para tener en cuenta, según el profesor Segovia, es lo que se llama técnicamen­te, en el lenguaje bancario, ‘los colaterale­s’. “Son los respaldos que uno va a tener que dejar. De partida, queda hipotecada la propiedad. Adicional a eso, saber qué productos se deben contratar. En general, cuando uno postula a estos préstamos, estamos pensando que la persona no es cliente o no tiene cuenta corriente en el banco. Es muy probable que el banco trate de vender productos adicionale­s a tu crédito y que los tengas que contratar. Entonces, terminas tomando el crédito y, además, un par de tarjetas de crédito, hay que tener eso en cuenta”, advierte el docente.

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