¿Cómo cambia el consumo si lo analizamos desde el punto de vista de la innovación?
De la mano de la tecnología, los consumidores han vivido la experiencia de cambio constante a través de los diversos dispositivos y aparatos electrónicos.
Si pudiéramos parar el tiempo y mirar lo que ha pasado en los últimos 10 años, nos daríamos cuenta de que gran parte de los bienes durables que se vendían en esa década hoy no están vigentes o simplemente no existen.
Por nombrar algunos, podríamos mencionar reproductores de discos compactos, cámaras fotográficas análogas, Mp3, Netbook, entre otros.
Lo anterior no tiene que ver con que se haya perdido el interés por un determinado producto, por el contrario, tener lo último en tecnología se volvió un sinónimo de estatus y de consumidor vanguardista.
Un ejemplo claro en esta materia son los smartphones, los cuales han pasado por una transformación constante, en la que hemos visto cómo se rediseñan sus capacidades de almacenamiento, tecnologías de pantallas, cámaras fotográficas, baterías, entre algunas características.
Hace 10 años (2007), la venta de smartphones no alcanzaba las 1.500 unidades anuales, el precio promedio en esos años era de $271.192, algo así como $392.847. Sin embargo, al año siguiente (2008) las ventas de estas unidades explotaron, llegando a más de 64.000, mientras que sus precios promedios bajaron en 40%. Con esta disminución en la barrera de entrada por precio, comenzó la canalización por convergencia de otros productos como los mencionados en el primer párrafo.
Actualmente, se venden más de 5,5 millones de unidades de smartphones con un precio promedio que supera levemente los $100.000.
En relación con lo anterior, también hemos visto cómo la familia de Phablets han ingresado al mercado, ubicándose en medio de los smartphones y los tablets, ocasionando una reducción en la venta de estos últimos.
Sin lugar a dudas, un mercado que se ha visto afectado con las innovaciones tecnológicas es el de la fotografía. Con el pasar de los últimos años, no hemos quedado indiferentes a la disminución en la venta de las cámaras digitales compactas; solo en los últimos cinco años vemos una disminución de más de 500% en la venta de unidades.
Pese a lo anterior, se puede ver que la industria se ha reformulado y ha dado paso a un segmento más premium, con cámaras semiprofesionales o réflex, las cuales en la actualidad soportan la categoría.
Está claro que la conectividad es un fenómeno que ha replanteado todas las categorías de bienes durables (línea blanca, electrodomésticos, computación, automotriz, etc.), y ya no es difícil ver lavadoras que son capaces de iniciar sus ciclos de lavado de manera remota a kilómetros de distancia o refrigeradores que avisan mediante aplicaciones la duración de los alimentos que se encuentran en su interior.