La formación de los ingenieros
El desarrollo de la ciencia, la tecnología y las comunicaciones nos plantean nuevos desafíos como ingenieros que van más allá de la especialización inicial de la formación de pregrado. Es por esto, que como gremio pensamos que existen diversas tendencias que marcarán a los ingenieros del futuro.
Como país, sabemos de la necesidad de transitar desde una economía exportadora de materias primas hacia una capaz de exportar bienes y servicios con valor agregado, constituyendo un desafío a nivel país, donde todos y cada uno de nosotros debemos aportar. En este tránsito, los ingenieros tenemos mucho que aportar en la producción de bienes y servicios con valor agregado.
Hoy, y en el futuro, nos enfrentaremos, no sólo como ingenieros sino como sociedad, a escenarios cada vez más complejos y dinámicos que requerirán de equipos multidisciplinarios, conformados por profesionales cada vez más especializados en su área de competencias para el diseño de soluciones a problemas complejos. En este sentido, es importante reflexionar sobre la actual oferta de programas de especialización, y en especial, de postgrado, evaluando si realmente obedece a una necesidad país. Es clave empezar a pensar y conjugar una oferta de programas acorde a una visión de desarrollo país de largo plazo, que aún no existe. Tomando en consideración que en los últimos 15 años se observa un crecimiento sostenido en la matrícula y variedad de los programas de especialización, en el caso de la matrícula con un aumento de casi 300% en dicho periodo, reflejando la demanda por estudiar este tipo de programas.
Desarrollo profesional
Las empresas cada vez son más selectivas y acuciosas en la búsqueda de profesionales competentes para el desarrollo de sus actividades.
Desde ese punto de vista, es posible observar dos corrientes en la oferta y la demanda de programas: la primera, que corresponde a un desarrollo profesional producto de la especialización o perfeccionamiento muy focalizado y específico, muchas veces, identificado como técnico. Y la segunda, que dice relación con un desarrollo profesional desde la gestión eficiente, donde principalmente se da por programas genéricos en dicha área.
En el caso de la primera, obedece principalmente, al dinámico avance de la ciencia y la tecnología, lo que hace impracticable para un profesional de la ingeniería ser experto o especializado en las distintas áreas de competencia. Por ello, es necesario contar con una oferta de programas de postgrado y especialización, focalizados en las necesidades específicas, más que en una especialidad de la ingeniería en particular. Pero, sin duda, el desafío es gigante, si consideramos que hoy necesitamos contar con programas de postgrado y especialización para diseñar soluciones a problemas que posiblemente, aún no existen o se desconocen producto de la velocidad del cambio científico y tecnológico. En términos más específicos, más que competencias o habilidades, existirán áreas, sectores o problemas, que demandarán de profesionales más capacitados para el diseño de soluciones, entre ellas, es posible pensar en: calentamiento global, recursos naturales y cuidado del medio ambiente; robótica, automatización y control a distancia; necesidades de la tercera edad; salud y bioingeniería; nanotecnología y otras que requieren de la ocupación de ingeniería para abordarlas.
Como gremio consideramos importante transitar hacia programas que cuenten con certificaciones, tanto nacionales como internacionales, con el objetivo de que sus graduados, puedan salir al mundo y ser reconocidas sus certificaciones.
Lo anterior debe complementarse con una visión de largo plazo a nivel país, para que las instituciones de educación superior puedan focalizar mejor su oferta de programas de postgrado, diplomados o postítulos, acorde a dichas políticas país.
“Como gremio consideramos importante transitar hacia programas que cuenten con certificaciones, tanto nacionales como internacionales, con el objeto de que sus graduados, puedan salir al mundo y ser reconocidas sus certificaciones”.