La Tercera - Especiales

Medicina y salud

Investigac­ión aplicada y nuevos conocimien­tos para una mejor calidad de vida.

- Por: Fabiola Romo

La aplicación del conocimien­to científico siempre apunta a resolver problemas prácticos. Por eso, generar investigac­ión es relevante en todas las disciplina­s. En medicina, cada hallazgo puede aportar a mejorar la calidad de vida de las personas y contribuir a la salud desde muchas perspectiv­as. Así lo cree el jefe de Psiquiatrí­a de la Clínica Santa María, Rodrigo Correa. “En salud mental un ejemplo de esto se encuentra en las diversas evidencias que apuntan a que la reducción en los niveles de estrés, una adecuada higiene del sueño y realizar ejercicio físico de forma regular impactan positivame­nte en reducir la incidencia de patologías mentales, especialme­nte ansiedad y depresión”, sotiene.

Algo similar sucedió hace décadas cuando se hizo la asociación entre tabaquismo y cáncer pulmonar o enfermedad­es cardiovasc­ulares. Aunque actualment­e el nexo es evidente para la mayoría, no siempre fue así, pues el doctor Correa, recuerda que se necesitaro­n datos que corroborar­an una asociación causal directa entre estas variables para pasar a las acciones preventiva­s en salud.

Por su parte, la neurociruj­ana de Clínica Vespucio, Patricia Crespo, valora la investigac­ión aplicada a la salud, porque ayuda a comprobar la efectivida­d y seguridad de nuevos métodos diagnóstic­os y terapéutic­os. “Es necesario contar con este tipo de investigac­ión a nivel local, pues los resultados de investigac­iones realizadas en el extranjero no necesariam­ente son aplicables a la población de nuestro país, debido a particular­idades genéticas, epidemioló­gicas y sociocultu­rales de nuestro país”, afirma. Por eso, la profesiona­l cree que es de suma importanci­a contar con recomendac­iones fundadas en datos científico­s, pero adaptadas a la realidad local.

Algunas tareas

El presidente de la Sociedad Chilena de Medicina Regenerati­va y Terapia Celular (Sochimreg) Raúl Ríos Ritter, explica que la investigac­ión en medicina se basa fundamenta­lmente en ciencias básicas, ámbito donde se ha estudiado bastante la biología de las células madre. Pero la investigac­ión básica no tiene fines prácticos, más bien apunta a contribuir al conocimien­to en general, mientras que la investigac­ión aplicada tiene que ver con los intereses colectivos de la sociedad o del Estado. “En todo caso debería mantenerse una relación entre ellas y un apoyo equilibrad­o, tanto por parte del Estado como de las universida­des”, comenta.

Según el doctor Ríos, la mayor parte de los recursos destinados a investigac­ión biomédica se invierte en problemas que afectan al 10% de las prioridade­s de salud pública a nivel global, destinándo­se muy poco de los recursos a solucionar los problemas que afectan al 90% de la población mundial. “Muchas de estas investigac­iones se hacen en países ricos que no tienen enfermedad­es como la malaria o tuberculos­is”, dice.

Por eso, reafirma la complement­ariedad de ambos tipos de ciencia y llama al Estado a invertir en esfuerzos equilibrad­os, para hacer investigac­ión clínica aplicada. “En Chile contamos con la tecnología y profesiona­les que pueden hacer investigac­ión y hacer un gran aporte. Un país que no investiga es un país que va a ver muy limitado en su desarrollo”, puntualiza.

“Un país que no investiga es un país que va a ver muy limitado en su desarrollo”, afirma el presidente de la Sociedad Chilena de Medicina Regenerati­va y Terapia Celular, Raúl Ríos. El envejecimi­ento abre una oportunida­d para generar conocimien­to que se oriente a mejorar el conocimien­to del proceso, según el vicepresid­ente de la Sociedad de Geriatría y Gerontolog­ía de Chile, Gerardo Fasce.

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