Impulso a la producción del conocimiento
Para que Chile logre ser una actor destacado en la ciencia y la innovación se deben acortar algunas brechas e implementar políticas públicas en conjunto con la academia y el sector privado.
Las oportunidades que abren la ciencia, la tecnología y la innovación son infinitas tanto es así que son el camino que el país debe continuar para alcanzar el desarrollo. Si bien Chile ha aumentado el gasto en I+D; la participación del sector privado y de las regiones; fortalecido la relación entre universidades y empresas; entre otras acciones, no es suficiente y hay múltiples desafíos.
Para Maximiliano Santa Cruz, director del Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI), Chile no puede simplemente esperar a aumentar el 0,37% de gasto en I+D. “En el intertanto, el país debe discutir y aprobar su primera ley de transferencia tecnológica, que busca agregar valor a los resultados de la I+D mediante un trata- miento uniforme de la innovación, incluida la propiedad intelectual, generada con fondos públicos. Esto nos permitiría asignar, medir, evaluar de mejor forma y evitar duplicación en el gasto. En definitiva, hacerlo más eficiente”, sostiene Santa Cruz. Hoy no existe una normativa común. “Por ejemplo, algunos fondos ‘castigan’ el patentamiento y otros lo fomentan, y el retorno para el contribuyente -quien financia esa investigación- es bajo”, explica.
Si bien Chile se ha caracterizado por ser un país serio, con normas claras y con investigadores y producciones científicas de primer nivel, se deben estrechar algunas brechas. Es necesario “un Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (Mincyt) que funcione eficientemente. Un Mincyt administrando por una buena ley de transferencia tecnológica; que reduzca los costos de administración y ayude a que los investigadores estén dedicados ciento por ciento a hacer ciencia y no a estar lidiando con burocracia”, explica Santa Cruz, y agrega: “el futuro ministerio debe ser abierto, cercano, flexible, proactivo, creativo y otorgar un servicio de excelencia”.
¿Hacia dónde avanzar?
El director del INAPI sostiene que para avanzar se deben resolver ciertos problemas pero en el corto plazo. “Junto con contar con una ley de transferencia tecnológica, Chile debería tener repositorios únicos de información tecnológica, técnica e ingenieril proveniente de todos los organismos públicos; una política de publicaciones científicas que compatibilice el interés editorial con el interés público; más colaboración entre institutos públicos y centros de investigación, y con el sector privado”, explica. También, se debe considerar la era digital y la sociedad del conocimiento por lo que “Chile podría ir en el camino de una Agencia del Conocimiento que recolecte, gestione, cruce y nutra de datos al sector público y privado”, propone Santa Cruz.