Los desafíos de la fuerza que impulsa el desarrollo del país
La revolución tecnológica, la conexión con el mundo de las empresas y la equidad de género son algunos temas que plantean grandes desafíos a esta modalidad educativa en Chile.
Como cada año, mañana 26 de agosto los técnicos de Chile estarán celebrando su día. La fecha recuerda la creación, en el año 1942, de la Dirección General Técnico Profesional por parte del gobierno de Juan Antonio Ríos. Pero más allá de las conmemoraciones, esta fecha también es la oportunidad para reflexionar sobre los hitos de esta modalidad educativa, que actualmente concentra al 40% de la matrícula de tercero y cuarto medio y al 51% de los estudiantes de pregrado del país.
Uno de los principales desafíos que enfrenta hoy la educación técnico profesional en Chile es poder asegurar aprendizajes de calidad y alineados con los requerimientos del mundo actual. A juicio de Hernán Araneda, gerente del Centro de Desarrollo Humano de Fundación Chile, “si el futuro técnico o profesional cuenta con las competencias que le permitan resolver problemas complejos en entornos tecnologizados, podrá asumir mayores responsabilidades, fortaleciendo además su empleabilidad y la productividad de la compañía”.
Lo anterior es especialmente relevante si se toma en consideración que, de acuerdo a estimaciones del Banco Mundial, más del 60% de los trabajos actuales podrían ser realizados por robots en un futuro no tan lejano. “El desafío para el sector formativo es considerable, pues requerirá innovar en los currículos y las formas en que se organiza y conduce el aprendizaje”, agrega Araneda.
Un segundo desafío, que se vincula con el primero, tiene que ver con la formación de quienes ejercen la enseñanza en la Educación Media Técnico Profesional. “A pesar de atender la población más vulnerable y con mayores desafíos, 44% de sus docentes en etapa escolar no cuenta con una especialización en pedagogía y, a la fecha, no existe formación inicial docente específica para la educación TP”, plantea Felipe Coloma, investigador de Educación 2020.
Otro reto que enfrenta la educación técnica en Chile es la necesidad de mayor conexión entre las instituciones que imparten esta modalidad educativa y las realidades de los territorios en los que se encuentran. Es clave que las especialidades estén en sintonía con el territorio o bien, que puedan ser requeridas, y que las competencias de los estudiantes sean acordes a lo que busca el mundo laboral. Así, los egresados de la educación técnica pueden ampliar sus posibilidades de conseguir un trabajo en su lugar de residencia, lo que evita emigrar hacia centros urbanos más grandes.
En esta línea, tanto expertos nacionales como internacionales han abogado por una mayor articulación entre las instituciones educacionales, las empresas y las comunidades ubicadas en sus territorios, con el objetivo de poder adecuar su oferta formativa a los requerimientos del entorno.