Desafíos y alcances
Hacia la modernización curricular: educación actual y del futuro.
Más allá de los conocimientos específicos de una especialidad, los expertos afirman que la educación técnica debe asegurarse que sus egresados desarrollen habilidades como la autonomía, el pensamiento crítico, la resolución de problemas o el análisis ético.
En la actualidad, Chile tiene un déficit de entre 600 mil y 700 mil técnicos, según las estimaciones de la Sofofa. Por otro lado, la digitalización, la cuarta revolución industrial y el impulso de la innovación están requiriendo capital humano que cuente con capacidades que se adecuen a los diferentes desafíos del mundo de hoy. Es decir, Chile necesita más técnicos, pero con nuevas competencias.
“Por eso, los técnicos del país requieren de conocimientos y habilidades técnicas pertinentes a los procesos y actividades productivas desarrolladas en cada industria, pero también requieren de competencias conductuales que faciliten su incorporación y desarrollo laboral en cada sector o entre sectores”, afirma Hernán Araneda, gerente del Centro de Desarrollo Humano de Fundación Chile.
¿Cuáles son esas competencias? “Hoy en día es imprescindible que trabajemos en el desarrollo de habilidades transversales y conductuales como herramientas que además posibilitan un mejor desempeño y movilidad laboral en diversos sectores de la industria”, explica Daniela Kework, directora rjecutiva de Eleva, una iniciativa público privada que busca fortalecer la educación técnica para la minería.
Esto plantea un gran desafío para la educación técnico profesional: reorganizar sus aprendizajes para responder a los requerimientos del siglo XXI.
En esa línea, Carmen Gloria López, vicerrectora académica de Duoc UC, sostiene que “un factor clave es desarrollar la capacidad de adaptación de los técnicos y profesionales, para ello se deben incluir en las mallas aspectos como el pensamiento crítico, trabajo en equipo, creatividad, liderazgo y otras competencias que apalanquen la habilidad de adaptarse a nuevos y más complejos contextos”.
Con el objetivo de orientar los esfuerzos de las instituciones educacionales en esta línea, el Ministerio de Educación y Corfo desarrollaron el Marco de Cualificaciones Técnico Profesional, documento que recoge los aprendizajes y competencias que se espera desarrollen los estudiantes de esta modalidad en sus distintos niveles.
Según este Marco de Cualificaciones, la formación que entregan las instituciones de educación técnico profesional no solo debe asegurar los conocimientos específicos de una determinada especialidad, sino también incorporar el desarrollo de habilidades como análisis crítico de la información, la capacidad de comunicarse efectivamente, el trabajo en equipo, desempeñarse con autonomía y evaluar las implicancias éticas de sus acciones, entre otras.
La digitalización, la cuarta revolución industrial y el impulso de la innovación están requiriendo capital humano que cuente con capacidades que se adecuen a los diferentes desafíos del mundo de hoy. Esto debería reflejarse en el desarrollo de nuevas competencias para responder a los requerimientod actuales.