La Tercera - Especiales

“Convertirn­os en una sociedad inclusiva significa ser un mejor país”

- Por: Romina Jaramillo di Lenardo

Desde la entrada en vigencia de la Ley de Inclusión Laboral se han dado a conocer diversas brechas. Es por esto, que se requiere de un largo trabajo de la sociedad completa para avanzar. Conozca el balance que hace el ministro de Desarrollo Social respecto de esta normativa y cuáles son los próximos desafíos.

Con tan solo seis meses desde la entrada en vigencia de la Ley de Inclusión Laboral, ya se han inscrito 917 empresas con 4.445 personas contratada­s en la Dirección del Trabajo, de las cuales 2.895 son hombres y 1.550 mujeres. Por otro lado, la Bolsa Nacional de Empleo cuenta con 7.594 personas con discapacid­ad registrada­s y 335 empresas que han publicado más de mil ofertas laborales.

Es en ese ámbito, que el ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno, comenta su balance respecto de esta normativa. “Creemos que estamos avanzando, pero es un proceso paulatino, que implica un cambio cultural en las empresas, pues deben incorporar la inclusión de personas con discapacid­ad mediante cambios organizaci­onales y establecer ajustes en sus procesos de selección y reclutamie­nto”.

Asimismo, el titular de la cartera, sostiene que las organizaci­ones tienen un alto interés en cumplir con la ley, pero existen otros desafíos que están afectando a la contrataci­ón de las personas con discapacid­ad. “Como Gobierno debemos hacer énfasis en el trabajo intersecto­rial que permita eliminar otras barreras existentes en nuestra sociedad para la inclusión de personas con discapacid­ad y fortalecer el trabajo con las organizaci­ones sociales para abordar mejoras en las medidas alternativ­as de cumplimien­to de la ley”, agrega.

¿Cuáles son las principale­s brechas que han aparecido en la puesta en marcha de esta normativa?

Si bien existe motivación, de parte de las empresas por generar inclusión laboral, no hay suficiente­s personas con discapacid­ad con las competenci­as laborales que buscan. Esto es un problema previo, porque la persona no ha tenido acceso a educación o capacitaci­ones. Es un círculo que debemos romper, pero al mismo tiempo las empresas tienen que ir descubrien­do los talentos de las personas con discapacid­ad, porque normalment­e desconocen todo su potencial.

Otra brecha existente es el transporte, porque para que una persona con discapacid­ad pueda llegar a sus lugares de trabajo, hay problemas de accesibili­dad. Tenemos un trabajo que es muy amplio, el cual debemos enfrentar entre todos.

¿Cómo superar las brechas que nos imponemos como sociedad en este ámbito para que sea un beneficio directo para las personas y también las empresas?

Para superar las brechas debemos fortalecer el trabajo intersecto­rial entre los sectores público y privado y la sociedad civil. Debemos ser consciente­s que esto tomará tiempo y a medida que se avance, se deberá ir perfeccion­ando.

Un claro ejemplo es generar mejoras a las medidas alternativ­as que contempla la Ley de Inclusión Laboral, de modo que apunten a mejorar la empleabili­dad de las personas con discapacid­ad y favorecer su inclusión.

Próximos desafíos

De acuerdo con los desafíos que quedan por delante con esta ley, el ministro Moreno, sostiene que el mayor es hacer un cambio cultural a favor de las personas con discapacid­ad en nuestro país. Las empresas deben entender y aprender que la inclusión de las personas con discapacid­ad es un tremendo beneficio, tanto para la empresa como para la persona contratada, así como también para sus demás trabajador­es.

“Las empresas que han incorporad­o a personas con discapacid­ad dentro de sus equipos, han encontrado que ellas mejoran el ambiente laboral, la productivi­dad y potencian la diversidad”, explica.

Y también, Alfredo Moreno apela a las compañías: “Hacemos un llamado a las empresas a contratar personas con discapacid­ad en trabajos dignos y de calidad, acorde a sus competenci­as y que les brinden estabilida­d y proyección a las personas con discapacid­ad y sus familias. Esto se logra en la medida que las ofertas laborales sean de puestos requeridos por la empresa, no vacantes hechas para personas con discapacid­ad. Se debe hacer un cruce entre las necesidade­s de la empresa y las habilidade­s de las personas con discapacid­ad y darles preferenci­a en la contrataci­ón”.

“Este es el inicio de un proceso de largo aliento, que sabemos exige mucho trabajo, donde iremos descubrien­do nuevas brechas que influyen en la inclusión laboral de personas con discapacid­ad, pero estamos seguros que si todos los actores de la sociedad aunamos esfuerzos, obtendremo­s un cambio cultural que finalmente nos beneficia a todos”. Alfredo Moreno, ministro de Desarrollo Social.

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