Las creencias y la inclusión laboral
“El llamado es a reconocer las particularidades de cada una de las personas, independiente de su condición. Lo importante es abrirse a la posibilidad de aceptar las diferencias, lo que permite el crecimiento de las empresas y de las personas que trabajan en ellas”.
En la actualidad, no todas las empresas están preparadas para incorporar trabajadores que estén en situación de discapacidad. En la mayoría de estos casos, la principal barrera son los prejuicios y las creencias. Por: Karina Lema Aguayo, profesora diferencial con mención en retardo mental y trastorno del lenguaje, y magíster en Educación Superior mención Pedagogía Universitaria.
A partir de la promulgación de la ley que “incentiva la inclusión de personas con discapacidad al mundo laboral”, se generan una serie de desafíos para la sociedad chilena. A pesar que el concepto de discapacidad ha estado presente en el colectivo de las personas por muchos años, a través de iniciativas aisladas, como es en el caso de las campañas de fundaciones y corporaciones que trabajan en pos de la inclusión de las personas con discapacidad; con la puesta en marcha de esta ley se ha avanzado en esta materia. Sin embargo, todavía hay mucho que hacer para su total implementación.
En la actualidad, no todas las empresas están preparadas para incorporar a trabajadores que tengan alguna discapacidad. La principal barrera en la participación e inclusión de las personas con discapacidad en el mundo laboral son los prejuicios y las creencias. Las “creencias son estructuras cognitivas que representan el sentimiento de certeza que las personas poseen respecto al significado de algo”, (Hamilton, 2005, citado por Fiuza, M, 2012).
Pese a los logros, persiste en parte de la sociedad, la férrea certeza que los discapacitados no son capaces de realizar actividades productivas en un trabajo remunerado como cualquier otra persona, generando un obstáculo en las instituciones que por ley deben incorporarlos en plenitud. El llamado es a reconocer las particularidades de cada una de las personas, independiente de su condición. Lo importante es abrirse a la posibilidad de aceptar las diferencias, lo que permite el crecimiento de las empresas y de las personas que trabajan en ellas. La inclusión laboral se transforma en un proceso que implica que cada uno de los integrantes pueda derribar estas creencias y aportar desde su función en su trabajo para generar este cambio. Y así contar con los apoyos que les permitan a las personas con discapacidad desenvolverse en los distintos ámbitos de la vida con autonomía, reconociendo sus necesidades e intereses.
La equiparación de oportunidades y plena participación social, son los pilares fundamentales que sustentan este cambio paradigmático hacia la inclusión, en que los diferentes actores de la sociedad contribuirán a una sociedad más equitativa.