La ayuda de suplementos y el bienest
Una alimentación sana es clave para consumir las vitaminas y minerales que requiere el cuerpo. Si existiera una deficiencia, la incorporación de suplementos siempre debe ser supervisada por un especialista.
T
an sólo en Estados Unidos, se estima que los consumidores de vitaminas, minerales y otros suplementos alimenticios gastan cerca de US$ 11.8 mil millones de dólares anualmente. Más del 50% de los adultos de ese país los ha incorporado en su dieta, por lo que se trata de una industria que ha mantenido un crecimiento sostenido desde los años noventa. Están definidos por ley desde inicios de esa década como un “suplemento que contiene un ingrediente alimenticio destinado a complementar la dieta -nunca a reemplazarla-, y que se consume de manera oral”.
Nuestro organismo necesita de vitaminas y minerales para su funcionamiento, por lo que la recomendación de los expertos es que se consuman de manera natural, logrando las cantidades requeridas de estos nutrientes mediante una dieta equilibrada que incorpore frutas y verduras, además de proteínas. Ahora, si existe una deficiencia de alguno de estos elementos, la misma debe ser diagnosticada por un especialista y el consumo de los suplementos necesarios debe ser supervisado por un profesional. Por ello, antes de pensar incorporarlos a la dieta, es importante conocer en detalle la manera en que pueden ayudar y si son adecuados para cada organismo.
En primer término, no hay que confundirse. Los suplementos no son para adelgazar. “Para no engordar hay que evitar comer demasiados carbohidratos/azúcares de toda índole, ningún suplemento permite pasarse eso por alto”, explica al respecto Bonnie Leclerc, coach en nutrición certificada ITN y creadora de la web restablecer.cl. En esta misma línea, agrega: “Hay que considerar que nunca un suplemento puede compensar por una mala dieta. Es una ilusión que podamos comer seudo alimentos desprovistos de vitaminas y agregar éstas después con pastillas. No se absorben de la misma manera. Nuestro organismo es un laboratorio químico de una complejidad inimaginable; estamos muy lejos de entender todos los procesos de transformación por los que pasan los alimentos hasta volverse utilizables por el cuerpo, ni los ingredientes que involucran”.
En este sentido, la incorporación de suplementos de fibra contra el estreñimiento podría resultar perjudicial si la persona que los consume no posee una flora intestinal sana. Esto, porque la fibra es digerida por los microorganismos que habitan en el intestino, aportando en este proceso sustancias nutritivas. Por ello, la recomendación de aumentar el consumo de fibra debe basarse primero en restablecer el equilibrio bacteriano del intestino.
Ayuda externa
En Chile, los suplementos alimenticios están normados por el Reglamento Sanitario de los Alimentos (Ministerio de Salud), el cual indica que contienen nutrientes, uno solo o una combinación de al menos dos. La normativa es clara. No pueden atribuirse propiedades terapéuticas ni tampoco control de patologías. Este último punto debe tenerse especialmente en cuenta cuando se trata de suplementos más complejos como los batidos proteicos consumidos por deportistas, pues incluir cualquier actividad farmacológica ya no se relaciona con suplementos, sino con medicamentos, que deben contar con permisos del Instituto de Salud Pública y estar inscritos en el registro del mismo.
Este tipo de suplementos, utilizados para ganar masa muscular y fuerza, se basan en el trabajo de los aminoácidos para construir tejido muscular. Es una opción para deportistas, que debe contar con la supervisión de un experto, además se recomienda que lleven una dieta alta en proteínas y baja en hidratos de carbono.
Si una buena dieta, acompañada de adecuadas horas de sueño y la práctica de ejercicio, no resulta suficiente y es diagnosticada una deficiencia, los suplementos pueden ayudar al cuerpo a funcionar mejor. “Cuando la comida es ‘emocional’, son útiles ciertos aminoácidos. Por ejemplo, el triptófano o la fenilalanina, que son precursores de la serotonina y las endorfinas, respectivamente. Tomarlos a la hora en que te da ‘el bajón’ puede ser una gran ayuda para no caer en la caja de galletas”, ejemplifica sobre este punto Leclerc.
El triptófano es uno de los 20 aminoácidos incluidos en el código genético, siendo uno de sus principales beneficios su efecto calmante del sistema nervioso. Por su parte, la fenilalanina ayuda a mejorar el estado de ánimo y colabora en la producción de colágeno. Ambos son aminoácidos esenciales, que debido a que nuestro cuerpo no es capaz de sintetizar, sólo se pueden obtener de manera directa mediante la alimentación. Completan la lista de aminoácidos esenciales la isoleucina, leucina, lisina, metionina, treonina, valina, histidina y la arginina. Los mismos se encuentran en alimentos como carnes, lácteos, huevos y ciertos vegetales.
La spirulina
Un suplemento que contiene fenilalanina es la spirulina, que se encuentra disponible en el comercio como pastillas prensadas y en polvo. La misma fue declarada en 1974 por la Conferencia de Alimento Mundial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como el mejor alimento para el futuro. Con registro de su uso desde los mayas y aztecas,