Anteojos de sol y salud visual
Protección necesaria
Son un accesorio indispensable a la hora de salir del hogar protegido. Sus múltiples beneficios, asociados a la seguridad y la salud ocular ante rayos UV, hacen de él un must have de esta temporada. Conozca en qué fijarse al momento de su compra y de paso cuidar su visión.
L
a luz visible es solo una parte del espectro de radiación electromagnética. Este también incluye la radiación ultravioleta (UV) y la infrarroja (IR). La radiación UV produce daño directo e indirecto, alterando el funcionamiento normal de las células.
“En general, la radiación solar puede afectar de diversas formas al ojo, lo que involucra al ojo como sistema visual, partiendo de afuera hacia adentro. Los mismos cánceres de piel que afectan a la cara, los brazos y las zonas más expuestas también afectan los párpados, los cánceres de piel son muy perjudiciales, entonces los lentes de sol no solo van a ser un filtro para el ojo en sí mismo, sino también para el párpado”, explica el doctor Ignacio Serrano, oftalmólogo del Instituto de la Visión.
Luego están las capas superficiales del ojo, “en las que hay enfermedades como el pterigion, por las pingüéculas, que son como telas ubicadas sobre la superficie del ojo, que son más que nada un motivo estético de molestia, salvo que lleguen a tapar mucho el eje de la visión. También se originan en mayor porcentaje por el sol”, añade el facultativo.
Por otra parte, están las conocidas cataratas, y el daño en la retina por la edad se puede influenciar también por el sol, lo que se puede acelerar o intensificar a la larga, dependiendo de la exposición a la radiación solar.
“Es muy importante el protegerse contra la radiación UV, ya que muchas de las patologías relacionadas a ella se pueden prevenir, toman- do simples medidas como: usar anteojos de sol con filtro UV adecuado, esto es filtro UV 100% (UVA y UVB) o con absorción UV hasta 400nm; uso de sombreros o gorros y nunca mirar directamente al sol”, aconseja el doctor Gonzalo Varas Marchant, de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Con filtro
En ese sentido, “el lente no es solo estético o de mejoría de las condiciones en que uno se maneja en el verano, sino que está previniendo enfermedades que no se van a dar hoy mismo ni mañana, sino que a largo plazo”, advierte el oftalmólogo del Instituto de la Visión.
Por ello, se deben usar en invierno y en verano, en la playa o en la nieve, porque el reflejo del sol en el suelo involucra un daño secundario en los ojos.
“La exposición a una fuente de radiación UV intensa, como por ejemplo un día de ski en la nieve o incluso un día de sol intenso en la playa, pueden causar daño agudo de estructuras oculares como el cuadro conocido como fotoqueratitis o queratitis solar, caracterizado por una intensa inflamación corneal asociado a dolor e irritación ocular y visión borrosa transitoria. Más aún, el mirar directamente al sol, incluso durante eclipses, puede producir daño retinal irreversible, conocido como retinopatía solar”, complementa el doctor Varas.
Ahora, si los lentes no tienen filtro UV, estos serán más que todo una barrera para el ambiente en general, pero no sirven para el sol. “Si no tiene filtro UV no sirve de nada para la prevención de las enfermedades de la que hemos hablado”, afirma el doctor Serrano, quien también recomienda que la gente que usa lentes con medidas también puede ponerle filtro solar. De esta manera, “estás viendo mejor y te protege del sol. Incluso hoy existen lentes de contacto con filtro UV”, precisa.
“Actualmente, hay en el mercado una amplia gama de anteojos de sol, distintas tonalidades, polarizados o no y distintos grados de filtro UVA/ UVB, pero lamentablemente no todos brindan la misma protección. Dentro de estos tres factores, lo más importante es elegir un anteojo con protección UV 100%. El que sea más oscuro o que sea polarizado no garantizan mayor protección, ya que los rayos UV no son bloqueados. Anteojos oscuros o polarizados sin protección UV pueden resultar más perjudiciales ya que al usarlos podríamos exponernos a condiciones ambientales de alta radiación UV con una falsa protección”, insiste el doctor Varas.
Y por más obvio que parezca, el tamaño también importa. “Mientras más superficie cubra y mejor se ajuste a la curvatura de la zona periocular, menor serán los rayos solares que puedan atravesar alrededor del marco del anteojo”, dice el doctor Varas y añade que se recomiendan materiales flexibles y resistentes a impactos tanto en el marco como en el cristal.
“Debe ser obligatorio el uso de lentes de sol, porque la luz molesta en el día a día y puede, incluso, causar accidentes por encandilamiento, y más que nada para prevenir enfermedades en las que sol es un factor de riesgo muy alto”. Dr. Ignacio Serrano, oftalmólogo del Instituto de la Visión