Espacios que se adaptan a las necesidades actuales
Nuevas formas de desarrollar el trabajo han cambiado el concepto de la clásica oficina. Hoy, se privilegian espacios donde las personas puedan desarrollar sus labores en forma grata y cómoda.
Con el auge de las tecnologías de información, la globalización y las nuevas formas de comunicarse, sin duda, han cambiado también las maneras de trabajar. El viejo escritorio donde se pasaban horas frente a un computador ha mutado en espacios que permiten moverse, interactuar y desarrollar las labores en un entorno más acogedor y lúdico. Si bien es difícil establecer el concepto de una “oficina ideal”, sí es posible detectar tendencias en expansión, donde tanto el emplazamiento como su diseño han debido responder a nuevos desafíos. Según explica Yves Besançon, past president de la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA), en la actualidad se preponderan espacios más transparentes, con menos límites, pocas divisiones y terminaciones simples. “El concepto es hacer zonas más gratas, entretenidas, ojalá con luz natural siempre disponible. El tener oficinas cerradas en perímetros, bloqueando las ventanas está en retirada. Hoy se prefiere privilegiar al personal en los perímetros, para que gocen de la luz natural. La idea es que los espacios de trabajo estén acordes con la cultura de las labores que ahí se desarrollan, plantea el arquitecto. “Deben ser oficinas flexibles para contribuir a las distintas formas en que se necesitan desarrollar las labores: compartir ideas, trabajar concentrado o tomar un descanso”, añade.
Más productividad y comodidad
Considerando que las tecnologías permiten que el espacio de trabajo se transforme en cualquier lugar donde exista conexión, están en retirada las estaciones de trabajo con computadores de escritorio y las salas de reunión formales. Está claro que las personas son más productivas en cuanto se sienten más cómodas. Según añade Besançon, hoy se espera que los espacios permitan a las personas moverse más libremente, usar los propios dispositivos móviles, reunirse en forma remota y, también, tener espacios multipropósito para otras actividades. El hecho de que las tecnologías permitan trabajar a distancia aumenta la productividad en cuanto se aprovecha mejor el tiempo que se dedica a estar en la oficina. “Además, gracias a la flexibilidad horaria, basta con que las personas cumplan con sus labores dentro del lugar de trabajo para que puedan dedicar tiempo a compartir o retirarse si así lo desean”, explica.