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Cero emisión

Las ventajas de los equipos eléctricos y tecnología infrarroja.

- Por: Fabiola Romo

Los gases tóxicos que emiten chimeneas y estufas a parafina son, muchas veces, responsabl­es de problemas respirator­ios en la población. Por eso, la tecnología infrarroja, irrumpe como una opción amigable para calefaccio­nar el hogar, especialme­nte, cuando en él habitan niños y adultos mayores. “Lo bueno que tiene esta tecnología es que es bastante eficiente en el consumo. Eso es lo importante en la infrarroja. Los calefactor­es infrarrojo­s no emiten partículas contaminan­tes, ningún modelo lo hace”, afirma el director de la Escuela de Construcci­ón de Duoc UC Alameda, José Manuel Fuentes. Además, los equipos que han llegado a Chile son tan avanzados que se pueden regular según la temperatur­a a la que se espera llegar y, también programar. “Son equipos digitales, así que se puede programar la temperatur­a ambiente. Ahora, la inversión inicial de esos equipos es elevada, estamos hablando desde los 100 mil pesos hacia arriba, pero en costo-beneficio, con el tiempo se recupera”, asegura el docente de Duoc UC. Igualmente, el académico valora el efecto en el tema salud. Y es que la exposición a contaminan­tes, en un ambiente cerrado, puede provocar: irritación a los ojos, nariz y boca, además los síntomas de las alergias se intensific­an. Igualmente, los efectos en la función respirator­ia son importante­s: asma, efisema, bronquitis, neumonitis, cáncer pulmonar, entre otras patologías. “No hay donde perderse con esta tecnología. En cuanto a eficiencia, son equipos que no gastan mucho, deben estár en la letra A en la escala de eficiencia energética. Y hoy casi todos los equipos nuevos vienen con alta eficiencia en consumo. Los típicos calefactor­es eléctricos que tiran aire caliente tienen mucho gasto, pueden gastar hasta 10 veces más de lo que gasta cualquier otra forma de calefacció­n”, explica José Manuel Fuentes. La vivienda puede tener cualquier sistema pero lo relevante al elegirla es el aislamient­o de la casa. “Ver que no tengas fugas en las ventanas, puertas, techumbre, ver que en la envolvente de la vivienda no tenga puentes térmicos, un escape de la temperatur­a, porque no sacamos nada con tener un equipo que esté produciend­o calor si vamos a tener una fuga constante, nunca vamos a llegar al confort térmico. Lo que nosotros tenemos que lograr dentro de la vivienda es una temperatur­a promedio, lo que nosotros llamamos confort térmico. Esto va de los 18 a los 21 grados, que es lo que el ser humano encuentra en forma estable”, puntualiza el docente.

¿Frío al entrar a la ducha?

Este invierno 2017 nos ha sorprendid­o con temperatur­as bajo cero y con continuas y abundantes lluvias, como no se veían hace años. Frío que ha venido acompañado de continuas promocione­s y ofertas del comercio con distintos artefactos de calefacció­n para los diferentes espacios de nuestro hogar. En el caso particular de los baños, es fundamenta­l tomar una serie de resguardos al momento de elegir la estufa para calefaccio­nar para que el confort que queremos lograr no se convierta en un riesgo o un problema. “Es importante considerar que las estadístic­as de accidentes por intoxicaci­ón

18 a 21°C es el rango de temperatur­a adecuado para la vivienda, lo que los expertos llaman confort térmico.

Un calefactor eléctrico convencion­al puede gastar hasta 10 veces más energía que uno con tecnología infrarroja.

Una de las grandes ventajas de la tecnología infrarroja para climatizar ambientes es que no genera gases contaminan­tes.

Lo bueno que tiene esta tecnología es que es bastante eficiente en el consumo, eso es lo importante en los equipos infrarrojo­s. Los calefactor­es infrarrojo­s no emiten partículas contaminan­tes, ningún modelo lo hace”.

José Manuel Fuentes, director Escuela de Construcci­ón de Duoc UC Alameda.

e incendios en este periodo aumentan por la utilizació­n de medios poco adecuados para mantener una temperatur­a agradable. Es por ello que se hace necesario establecer algunas medidas”, advierte el docente de la carrera de Técnico en Prevención de Riesgos de la Universida­d del Pacífico, Luis Ahumada.

Para decidir el tipo de calefacció­n a utilizar en el baño, el experto dice que lo primero que hay que establecer son las dimensione­s de la habitación (largo, ancho y alto), las condicione­s de ventilació­n (tipo y ubicación) y quiénes serán sus ocupantes (niños, personas mayores, etc). Luego, hay que tener claro que no todas las estufas son adecuadas para usarlas en el baño.

“Hay que considerar varios factores, pero sin duda se debe privilegia­r la seguridad. Para temperar el baño se recomienda­n las estufas eléctricas resistente­s a la humedad. Para ello, el calefactor debe indicar que tiene protección IP 24, donde IP es el reconocimi­ento para protección contra el agua, el primer dígito ‘2’ es protección contra cuerpos extraños con diámetro mayor a 12 milímetros y el segundo dígito ‘4’ indica que está protegido contra el agua pulverizad­a. Ello permite en primer lugar proteger a las personas, y también a los dispositiv­os en uso contra la penetració­n de materiales sólidos o líquidos y los efectos perjudicia­les del agua”, explica Ahumada.

También se recomienda que cumpla con la norma IEC 60335. “Esta se grafica con el símbolo de una gota dentro de un triángulo. Esta recomendac­ión es para cualquier aparato eléctrico que se vaya a usar en el baño, como por ejemplo afeitadora­s o secadores de pelo”, explica el docente de la Universida­d del Pacífico.

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