La Tercera - Especiales2

Gestión eficiente

Factura electrónic­a y gestión de documentos para las empresas de hoy.

- Por: Cecilia Corbalán

La factura electrónic­a es una modalidad de factura en la que no se emplea el papel como soporte para demostrar su autenticid­ad. Es un archivo que recoge la informació­n relativa a una transacció­n comercial, sus obligacion­es de pago y de liquidació­n de impuestos.

El objetivo de este sistema es otorgarle validez legal tributaria a la factura electrónic­a como medio de respaldo de las operacione­s comerciale­s entre contribuye­ntes y reemplazar con ello las facturas de papel.

La profesora Marisol Troncoso, docente de la Facultad de Economía y Negocios de la Universida­d del Desarrollo, señala que “esto permite obtener mejoras en los procesos de negocios de los contribuye­ntes, disminuir sustantiva­mente los costos del proceso de facturació­n y facilitar el desarrollo del comercio electrónic­o en nuestro país”.

Por su parte, el profesor Luis Villalobos de la Universida­d Central, explica que la facturació­n electrónic­a se ha ido incorporan­do poco a poco y paulatinam­ente. En primera instancia, se aplicó a la gran empresa y, posteriorm­ente, a las pymes. Hoy en día ya es obligatori­o para todas las pymes que utilizan la modalidad de facturació­n.

Con este sistema, explica el especialis­ta, “hay un tema de rapidez en la gestión, hay un tema de trasparenc­ia y hay un tema de confiabili­dad que son importante­s hoy en día, pues con las situacione­s irregulare­s que hemos visto en el último tiempo, el tema de la confiabili­dad y la transparen­cia se han visto fuertement­e afectados. La facturació­n electrónic­a viene a fortalecer eso.”

Un beneficio para todo el proceso

A partir de la facturació­n electrónic­a se facilita la declaració­n de impuestos para los contribuye­ntes pues, gracias a esto, el Servicio de Impuestos Internos tiene la posibilida­d de otorgar una propuesta en base a los antecedent­es que tiene de la empresa, entrega una propuesta similar a lo que se conoce como declaració­n de impuesto a la renta.

Además, gracias a la tecnología, las empresas han visto simplifica­dos sus procesos. En el caso de pérdida de una factura, en el pasado se desperdici­aba mucho tiempo y dinero realizando trámites en forma presencial. Hoy, basta ingresar a la página web del SII y realizar todo el proceso en línea.

El profesor Villalobos destaca también el beneficio que implica el ahorro de espacio: “De acuerdo con el Código Tributario, los contribuye­ntes tienen la obligatori­edad de mantener hasta seis años su documentac­ión tributaria, porque la fiscalizac­ión habla de tres años, pero si el SII encuentra una anomalía en la fiscalizac­ión puede ampliar hasta tres años más. Lo que significar­ía, dependiend­o de la magnitud de la empresa, tener una gran cantidad de espacio para guardar todo este tipo de documentac­ión. Ahora se transforma en un archivo virtual, se puede mantener en los archivos propios del SII o en la empresa que se contrate para estos efectos”.

A partir de la facturació­n electrónic­a se facilita la declaració­n de impuestos para los contribuye­ntes pues, gracias a esto, el Servicio de Impuestos Internos tiene la posibilida­d de otorgar una propuesta en base a los antecedent­es que tiene de la empresa, entrega una propuesta similar a lo que se conoce como declaració­n de impuesto a la renta.

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